El pasado 3 de junio, el Tribunal Supremo de EEUU concluyó que es constitucional que sus estados mantengan una base de datos de ADN de los arrestados y equiparan esa extracción a la de la toma de huellas dactilares o fotografías como método para la identificación de delincuentes. Así, de forma rutinaria los policías requerirán muestras biológicas en cualquier detención efectuada, sin tener en cuenta el motivo, para incorporarlas a las bases de datos con fines de incriminación criminal.

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