Rafael Ricardi, quien permaneció encarcelado trece años tras ser condenado por un error judicial, lamentó ayer en Cádiz que nadie le haya llamado para pedirle perdón por la condena que le mantuvo encarcelado desde 1996.

En una rueda de prensa, Ricardi dijo que todavía está "muy asustado y muy extrañado" por todo lo que le rodea, ya que después de tanto tiempo todo es nuevo para él, por lo que explicó que aún tardará tiempo en acostumbrarse a su nueva vida. En este sentido, manifestó que lo que más le ha dolido es que por el momento, y después de tantos años, nadie se haya puesto en contacto con él para disculparse.

Con gesto cansado y acompañado en todo momento por su hija Macarena, sostuvo que el error que cometió la justicia con él no está pagado con nada del mundo, en relación a la indemnización que se prevé que la familia solicite una vez que el Tribunal Supremo (TS) revise el caso y le conceda la libertad total.

El peso de la condena. Ricardi explicó que durante todos estos años él lo pasó muy mal en la cárcel pero tuvo palabras de agradecimiento hacia su familia, ya que a su juicio, "también lo han pasado muy mal porque han sido señalados con el dedo cuando no debería haber sido así".

A pesar del error judicial cometido con él, subrayó que todavía cree en la justicia ya que siempre confió en que los delitos por los que fue acusado se solucionarían algún día para así quedar libre de cargos. Ricardi tuvo unas palabras para la joven que padeció los abusos y que le señaló como autor de los hechos y dijo que la entiende y la reconoce como víctima pero matizó que él también lo ha sido.

Asimismo, su hija Macarena, destacó que ahora podrán ir con la cabeza muy alta tras demostrarse la inocencia de su padre y mantuvo que de lo que tiene ganas es de dedicarle tiempo y enseñarle todas las cosas buenas de la vida.

Por su parte, Antonia Alba, abogada de Ricardi, hizo un llamamiento para que se depuren responsabilidades y adelantó que desde el pasado día 18 está presentado ante el TS el recurso de revisión del caso, para que su patrocinado, ahora en libertad condicional, quede en libertad total.

El abogado de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, Juan Domingo Valderrama, se mostró contrariado con este caso, ya que, según él, a Ricardi se le culpó por una identificación dudosa y por su autoinculpación después de ser condenado.