No fue un interrogatorio distendido y común, todo lo contrario. Las tensiones, quizá por el cansancio que ya se deja notar en todos (jueza incluida), estuvieron presentes durante toda la jornada, hasta el punto de que desde los pasillos se podía oír cómo la jueza alzaba el tono de voz. Dicen los que pudieron presenciarlo que más que un interrogatorio era un debate, pues Alaya no dejaba terminar muchas frases, con preguntas y repreguntas. Cortaba a Fernández con frases como «pero cómo me dice usted» o «eso no puede ser así». «Se lo digo, se lo afirmo y se lo repito», le contestó en una ocasión el ex alto cargo que, pese a que mostró mucha templanza, también se dejó llevar alguna vez que otra por el ímpetu de la jueza. «Asuma al menos la responsabilidad que le corresponde como consejero» o «si quiere acogerse a su derecho a no declarar, hágalo, pero no se ande por las ramas», son solo algunas de las frases que demostraron la presión que ejerce la magistrada en sus interrogatorios.

«Estoy cansado, pero la verdad hace fuerte», dijo el exconsejero a la prensa en uno de los descansos. Y es que llevaba ya dos días sometido a una presión muy fuerte, porque sabía que tenía que recordar datos estando entre la espada y la pared. Pese a todo siguió contestando a todas las preguntas y demostró mucha «entereza», siendo capaz de mantener discusiones técnicas con la jueza sobre el procedimiento para otorgar las ayudas públicas. Sin embargo, al final de la jornada el cansancio trajo la anécdota. «¿Conoce usted a Encarna Polo?, preguntó la jueza en referencia a Encarnación Poto (Acyco). «Sí, a Encarnita Polo, sí», dijo Fernández, provocando la risa (casi la única de la jornada) de Mercedes Alaya y de todos los presentes. Fuera, la prensa seguía el clásico Barça-Real Madrid a través de un iPad, al que prestó atención más de un letrado durante uno de los recesos. Otros salían de vez en cuando de la sala para preguntar cómo iba el partido.

Hoy se prevé otra jornada maratoniana, aunque ya concluirá la jueza con su interrogatorio de 200 preguntas, dando paso al fiscal, a las acusaciones y a las defensas. Fernández también tiene claro que les va a contestar, incluso a las preguntas del PP. Así, que puede que la declaración se alargue hasta mañana.