El presidente del PSOE y jefe del Gobierno de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, consideró ayer que el secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, debe definirse ya y decir claramente que sí quiere optar a unas primarias para la elección del candidato a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales.

En una entrevista con la Cadena Ser, Griñán señaló también que él no se va a presentar a unas primarias en el PSOE y que no tiene «ambición orgánica» más allá de ser secretario general del PSOE-A y presidente del PSOE.

Preguntado sobre si Rubalcaba debería decir que quiere optar a las primarias, Griñán indicó que, sin duda, debería definirse y decir que sí «porque es el secretario general y el partido tiene que estar ahora mismo estabilizado desde la posición de su secretario general, que ha presentado en el Consejo Interterritorial un programa enormemente importante que se va a desarrollar a lo largo de 2013».

Manifestó que el nuevo año puede brindar una oportunidad muy buena para renovar el proyecto socialista, con el empuje de una Ejecutiva que es la que tiene que movilizar al partido. Griñán indicó que le ha trasladado personalmente a Rubalcaba que debería definir más o menos su voluntad, como él también ha hecho en Andalucía, y apuntó que otra cosa es que las circunstancias cambien. Recordó que Rubalcaba ganó un congreso, ha ganado el partido y ahora él también debe manifestar su voluntad de continuar.

«Como somos un partido de gobierno, necesitamos también tener un referente para el gobierno, porque este no es un partido para estar en la oposición más de cuatro años, sino un partido para gobernar», sentenció. En cualquier caso, el dirigente del PSOE-A consideró que las primarias deben celebrarse «muy cerca» de la fecha de las elecciones.

Respecto a la situación de Cataluña, discrepó de la ambigüedad del PSC y se declaró «radicalmente en contra» de que la Generalitat convoque una consulta soberanista porque, en su opinión, sería inconstitucional y, además, no responde a «los problemas reales» de Cataluña.

Al mismo tiempo, consideró que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se ha situado en una «posición extrema», y confió en que el Gobierno central «no se sitúe frontalmente en otra posición» sino que abra un diálogo.

En relación al debate del modelo territorial, aseguró que no ha pedido una reforma de la Constitución, sino «un cierre del modelo autonómico». A su juicio, éste sigue abierto y la mejor forma de cerrarlo es definir en la Carta Magna las competencias «de manera muy estricta», convertir el Senado en una Cámara territorial de diálogo entre las comunidades y el Gobierno, y mantener los principios de lealtad y financiación estable.

«Como esto no está escrito en la Constitución, cada cuatro o cinco años se cambia el modelo de financiación», apuntó el presidente de la Junta, quien consideró que el actual modelo «no es bueno ni malo», sino que depende de cómo se aplique y ahora no se está aplicando bien.