El anuncio del presidente andaluz y del PSOE, José Antonio Griñán, de que no se presentará a la reelección en las próximas elecciones autonómicas ha reabierto el debate sobre el relevo generacional en el socialismo andaluz, dos de cuyos más destacados protagonistas son Susana Díaz y Mario Jiménez.

Susana Díaz (Sevilla, 1974), consejera de la Presidencia e Igualdad de la Junta de Andalucía desde mayo de 2012, y Mario Jiménez (Moguer, Huelva, 1971), vicesecretario general del PSOE andaluz, comparten no sólo generación sino también una biografía política marcada por su escasa relevancia profesional fuera de la vida orgánica del PSOE pero poseedores de una experiencia interna de la que muy pocos dirigentes socialistas pueden presumir.

Curtidos en mil batallas orgánicas desde las Juventudes Socialistas, han sabido sobrevivir a los numerosos cambios y alguna que otra convulsión vivida por el poderoso socialismo andaluz en las últimas décadas.

Incluso salieron reforzados del último Congreso Federal del PSOE, celebrado en Sevilla en febrero de 2012, pese a que apostaron por la candidatura perdedora de Carme Chacón.

Díaz y Jiménez pasan por ser los pilares -institucional ella en la Junta y orgánico él, en el PSOE regional-, de José Antonio Griñán una vez que la apuesta del presidente andaluz por el también joven cachorro de Juventudes Socialistas Rafael Velasco en 2010 fracasase poco después tras renunciar el joven político cordobés al verse implicado en denuncias de corrupción.

Ambos han llegado a la política institucional andaluza desde la actividad orgánica y personifican la reiterada apuesta de Griñán por favorecer un relevo generacional en el socialismo andaluz que algunos interpretan también quiere aplicar al PSOE federal que él preside.

La capacidad de supervivencia a las vicisitudes internas del PSOE, la habilidad para la negociación política y la dureza dialéctica, en especial contra el Gobierno central de Mariano Rajoy, son otras características que Díaz y Jiménez comparten.

Susana Díaz, licenciada en Derecho y diplomada en Alta Dirección, fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla de 1999 a 2003, con solo 25 años, mandato tras el que fue elegida diputada al Congreso por la circunscripción sevillana, entre 2004 y 2008, y posteriormente y hasta la fecha, parlamentaria en la Cámara andaluza.

Ha sido secretaria de Organización del PSOE de Andalucía, cargo que ejerció con decisión pese a su juventud, y actualmente es la secretaria general del todopoderoso PSOE sevillano, puesto que obtuvo tras un tenso congreso en el que derrocó a José Antonio Viera, un histórico del partido implicado en el caso de los ERE.

El 5 de mayo de 2012, José Antonio Griñán la nombró consejera de Presidencia e Igualdad de su nuevo Ejecutivo y delegó en ella buena parte de la coordinación del Gobierno autonómico.

A Díaz se le atribuye haber pilotado con éxito la sucesión de Manuel Chaves por Jose Antonio Griñán en la dirección del PSOE andaluz tras las primeras tensiones de bicefalia política y haber negociado con habilidad el posterior acuerdo de gobierno entre PSOE e IU en la Junta de Andalucía.

La biografía oficial de Mario Jiménez destaca que es diplomado en Economía, en la especialidad en Administración Pública, y con un máster en Derecho.

Secretario general del PSOE de Huelva desde 2008, asumió en marzo de 2010 la portavocía del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz, a la que renunció en julio de 2012, tras ser nombrado vicesecretario general del PSOE andaluz.

Muchos ven en ambos los candidatos elegidos por Griñán para protagonizar el relevo generacional del socialismo andaluz en la Junta de Andalucía, en el caso de Susana Díaz, y en el PSOE federal, Mario Jiménez.

Pero un año es un periodo muy amplio en la vida del PSOE como demuestran los fallidos ascensos de la hoy consejera andaluza de Educación, Mar Moreno, en Ferraz, o de Rafael Velasco, en el socialismo andaluz.

Y se da la paradoja de que el relevo generacional vuelve a ser hoy protagonista del debate político andaluz, en la jornada en la que el Parlamento andaluz celebra el debate sobre el estado de la Comunidad y poco más de un mes después de que la propia Susana Díaz calificase de "irresponsabilidad" que los socialistas se distraigan con debates internos en estos momentos de crisis.