La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ofreció ayer al PP-A seis grandes pactos sobre asuntos como el empleo, la financiación territorial y la regeneración política, aunque los populares consideraron que lo que buscaba la presidenta era «un lavado de cara» y que sus propuestas formaban parte de una «escenificación».

El ofrecimiento se produjo dentro de la comparecencia de Díaz en un pleno extraordinario del Parlamento, la primera que lleva a cabo como presidenta después de que se comprometiera a hacerlo semestralmente para dar cuenta de la gestión del Gobierno andaluz.

Díaz ofreció al PP seis pactos para Andalucía, entre los que citó un plan especial de empleo «acorde con el nivel de paro», una financiación «justa» que garantice servicios públicos de calidad y que se «recoja el testigo» del acuerdo para la regeneración democrática que ofreció al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Incluyó que se apoye que la comunidad reciba los fondos de la Unión Europea que le corresponden, que los agricultores reciban «lo que necesitan» y que haya consenso en el corredor mediterráneo.

Asimismo, anunció que se va a constituir una mesa de trabajo para activar la construcción sostenible en la comunidad, en la que tendrán cabida «todas las voces e intereses» de entidades, instituciones públicas, empresas, expertos e investigadores.

Se comprometió a presentar el anteproyecto de ley del cine en Andalucía y anunció una ley de Formación Profesional.

La presidenta añadió el compromiso a ser «implacable en la lucha contra la corrupción», lo que argumentó en que el Gobierno regional está empleando los medios legales que entiende su gabinete jurídico para recuperar el dinero público percibido indebidamente, y que antes de un mes la Junta dará luz verde al inicio de la tramitación de la reforma legal de la Cámara de Cuentas.

Informó también de que se reunirá mañana viernes con representantes del campo andaluz para abordar el reparto de la PAC y en una semana viajará a Bruselas.

El presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, criticó que la presidenta utilizara su comparecencia en el Parlamento para «lucirse» y como un «lavado de cara», así como que intente «engañar» ofreciendo pactos «dentro de su escenificación». Se refirió de esta forma a los seis acuerdos y lamentó que se pida un plan de empleo ahora cuando «no hay para ninguna comunidad», recordó que la financiación se aprobó con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, defendió la negociación del reparto de la Política Agrícola Común (PAC) y denunció que la regeneración política que pretende Díaz es «un borrón y cuenta nueva».

«Aunque venga hoy a ponerse de buena le sobra arrogancia y le faltan muchos hechos», añadió Zoido, quien cree que en estos meses se ha podido comprobar que no se ha producido «cambio alguno», ni en las políticas ni en las formas.

Hizo referencia a la corrupción y cuestionó «qué lazos tendrá y qué fuertes serán» con UGT-A para seguir alimentando al sindicato con dinero público cuando «hasta Europa se los ha tenido que negar».

Mientras, el portavoz socialista en el Parlamento, Mario Jiménez, calificó el pleno como el de «la desinvestidura de Zoido como líder de la oposición», y dijo que «se corta la coleta sin haber cortado una oreja». Para Jiménez, «Zoido es la viva estampa de la descomposición» y la imagen de un PP andaluz que está «debilitado, agotado y a la fuga».