­Revés tras revés. Susana Díaz no lo va a teneer nada fácil en su camino para revalidar la presidencia de la Junta de de Andalucía ya que, hasta el momento, solo está recibiendo negativas por parte de los partidos con representación parlamentaria, a pesar de los esfuerzos del PSOE-A por apelar a un diálogo que garantice la investidura de su candidata, que el pasado 22M obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones autonómicas, pero no los suficientes para poder gobernar en solitario.

Los socialistas iniciaron ayer la ronda de contactos con con IULV-CA, en un ambiente «cordial y de diálogo». Una ronda de encuentros que continuará hoy con el PP. Pero el antiguo socio de gobierno de Susana Díaz ha reiterado su más abierta oposición a la investidura. En un encuentro que duró algo menos de una hora, por parte del PSOE-A acudieron el secretario de Organización, Juan Cornejo, y el portavoz parlamentario y diputado electo, Mario Jiménez; mientras que los representantes de IULV-CA fue el portavoz parlamentario y diputado electo, José Antonio Castro, y la responsable de Política Institucional, María del Carmen Cantero.

Tras este encuentro, Antonio Castro explicó que su formación «ha venido a escuchar», toda vez que insistió en que su no a la investidura de Díaz «es inamovible». «A partir de ahí, esperamos más encuentros con el resto de grupos», apuntó.

Hoy le toca el turno al PP-A, que estará representado por su secretaria general Dolores López y el portavoz parlamentario Carlos Rojas. No se esperan grandes avances. Ayer, la vicesecretaria de Organización del PP-A, Patricia Navarro, reiteró el no de su formación a la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta, asegurando que «no será la mano del PP-A la que aúpe a quienes quieren seguir haciendo lo mismo que hace 30 años».

Peor aún lo tiene el PSOE-A, a priori, con Podemos y Ciudadanos, formaciones que han irrumpido en el arco parlamentario después de las elecciones del pasado 22M. Ambos partidos mantienen sus «líneas rojas» y, según han anunciado, ni siquiera se sentarán a negociar mietras que Díaz no aparte de la política a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán, imputados en escándalo de los ERE, y dejen sus escaños en el Congreso y en el Senado, respectivamente. «Medidas de sentido común», según reflejó ayer mismo Teresa Rodríguez, de Podemos, en su cuenta personal de Twitter.

Entre otras, Podemos también exige como condición que la Junta no contrate con bancos que desahucien a familias «sin alternativa habitacional» y que reduzca el dinero que gasta en asesores y lo destine a readmitir médicos y profesores.

Por parte de Ciudadanos, nada nuevo trascendió ayer. Su líder, Juan Marín dejó este lunes claro que su partido no negociará si el PSOE no acepta el decálogo contra la corrupción enviado por carta a Susana Díaz, que sigue sin respuesta. El documento exige, entre otras cosas, separar de inmediato a cualquier cargo público o de partido a imputados por corrupción política, punto que ha servido a Ciudadanos para pedir también la dimisión de Chaves y Griñán.

Ante estas exigencias, los socialistas han pedido a Podemos y Ciudadanos que «salgan de sus cuitas internas» y «retiren» estas «líneas rojas» y condiciones puestas para dar comienzo a las negociaciones que hagan posible la investidura de Susana Díaz.

Mario Jiménez, portavoz parlamentario, advirtió de que el diálogo «es sentarse a hablar sin líneas rojas, sin condiciones que lo hagan imposible», ya que en su opinión lo que se puede poner en evidencia es la «ausencia» de voluntad para discutir y poder entenderse.

Por su parte, la presidenta en funciones, Susana Díaz, continúa abierta al diálogo «con todos», y concretó que no tendrá problema en asumir «lo que sea bueno» para Andalucía, sin especificar absolutamente nada más. En cualquier caso, sí avanzó que cumplirá su compromiso de que no haya ningún imputado con delito en ninguna cámara, por lo que si los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán resultan imputados con delito en el caso de los ERE, pedirá que abandonen sus escaños.