­El Parlamento de Andalucía inició este jueves la X Legislatura con la sesión constituyente, en la que fue elegido para presidir la institución el socialista Juan Pablo Durán y donde se desató una importante bronca entre PP y PSOE por el reparto de secretarías de la Mesa de la Cámara, órgano de gobierno.

El tenso rifirrafe tuvo lugar entre el portavoz del PP, Carlos Rojas, y el presidente de la Mesa de Edad, el socialista Luis Pizarro, a cuenta del reparto de las secretarías, ya que se otorgó una a IU para cumplir con el reglamento de la Cámara, a pesar de que el candidato del PP había sido el segundo más votado.

Durán fue elegido presidente en segunda votación y por mayoría simple, al recibir los votos a favor de los 47 diputados de su grupo, mientras que el PP presentó un candidato alternativo y el resto de las formaciones -Podemos, Ciudadanos e IU- se abstuvieron.

La diputada del PSOE por Granada Teresa Jiménez ocupará la vicepresidencia primera; la parlamentaria malagueña del PP Esperanza Oña fue elegida vicepresidenta segunda y el diputado sevillano de Podemos Juan Ignacio Moreno fue designado vicepresidente tercero. En cuanto a las secretarías, la socialista Verónica Pérez fue elegida secretaria primera; la secretaría segunda recayó en Julio Jesús Díaz Robledo, de Ciudadanos; y la tercera en José Antonio Castro (IU).

El PP presentó a la diputada Patricia del Pozo como candidata a una de las secretarías y, aunque recibió el respaldo de los 33 votos de su formación, se quedó fuera de la Mesa para cumplir con el reglamento de la Cámara, que establece que todos los grupos tengan representación, lo que provocó ese intenso rifirrafe entre Rojas y Pizarro.

El portavoz popular anunció que recurrirán ante el Tribunal Constitucional ese reparto porque lo ven «un atropello a la democracia», y advirtió de que esa decisión era competencia del nuevo presidente y que si él la llevaba a cabo, como así fue, «podría incurrir en un ilícito perseguible penalmente». Pizarro, por su parte, apeló al reglamento para recordar que establece que todos los grupos tienen que estar representados en el órgano rector de la Cámara y subrayó que a él le corresponde ejercer de presidente «hasta que el elegido tome posesión».

Tras las votaciones, los 109 diputados electos juraron o prometieron su cargo, para lo que utilizaron diferentes fórmulas, particularmente los de Podemos, que entre otras cuestiones señalaron que tendrán como prioridad «absoluta» la de garantizar los derechos humanos «en lugar del pago de la deuda a la banca».

En su primer discurso como presidente del Parlamento, Durán señaló que la presencia de cinco partidos en la Cámara muestra la «pluralidad, riqueza y diversidad» de la sociedad, por lo que pidió a los grupos una política «más cercana y comprensible» basada en el diálogo y que fortalezca «el nexo de unión» con la gente.

A la salida de la sesión constitutiva, la presidenta en funciones de la Junta, Susana Díaz, aseguró a los periodistas que mantendrá el «diálogo abierto» para su investidura, para que Andalucía pueda «arrancarse y ponerse a trabajar», y se refirió a la polémica con el PP para asegurar que la Mesa del Parlamento que se ha constituido es plural y «representa la voz de los ciudadanos».

Por su parte, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, lamentó el «bochornoso espectáculo», que consideró fruto de la «incapacidad» del PSOE para «llegar a un simple acuerdo para defender el reglamento» de la Cámara andaluza.

La secretaria general y portavoz del grupo de Podemos, Teresa Rodríguez, también lamentó el rifirrafe, que atribuyó a la «pelea por los sillones del bipartidismo decadente», y sobre la investidura advirtió al PSOE de que si quiere obtener «algún tipo de apoyo» de su partido necesita un «cambio de rumbo».

El diputado por Sevilla y candidato a la Junta por Ciudadanos, Juan Marín, quiso restar importancia al incidente, aunque lamentó que no se llegara antes a un acuerdo por la «falta de diálogo», y se comprometió a trabajar desde ya para aportar al Parlamento un trabajo constructivo.

Mientras, el coordinador general de IU Andalucía y diputado, Antonio Maíllo, acusó al PP de «montar un espectáculo por una pataleta un poquito heavy» y celebró que en la composición del órgano de gobierno de la Cámara «se haya garantizado lo que tenía que garantizarse: que hubiera paridad y que todos los grupos parlamentarios estuvieran representados».

El Parlamento andaluz de la décima legislatura arranca condicionado por la pluralidad, al pasarse de tres a cinco partidos en la Cámara, y por la necesidad de pactos que garanticen al PSOE la estabilidad que su líder Susana Díaz buscaba cuando adelantó las pasadas elecciones.