Isabel Pantoja salió para su permiso del brazo de un funcionario, pero no era uno cualquiera. La acompañó un alto cargo de la cárcel de Alcalá de Guadaíra. Se despidió de él con dos besos, un gesto que es una deferencia hacia la tonadillera, según denuncian fuentes sindicales de la prisión.

Pantoja ha llegado a desayunar con la directora de Alcalá de Guadaíra en vez de con el resto de las presas, afirman estas mismas fuentes.

Dicen que es la única de su módulo que no comparte celda, y que la cantante se queja a la dirección cada vez que los funcionarios intentan que cumpla las normas del penal. Fuentes de la cárcel aseguran que cuando Isabel Pantoja volvió a su celda tras su permiso, entró con tres bolsas.

La norma del penal establece que cada interna puede regresar con el mismo número de bultos que se llevó para el permiso; en su caso, uno.

Instituciones Penitenciarias niega la cantante reciba trato de favor, pero algunos trabajadores han pedido que se traslade a la tonadillera, porque las otras presas están empezando a quejarse. Los funcionarios temen un motín por los privilegios de Pantoja.