­Susana Díaz, flamante presidenta de la Junta de Andalucía, demostró este miércoles que sabe manejar los tiempos y ha acabado de deshojar la margarita de su primer Gobierno tras ganar las elecciones y un largo periodo de negociaciones con Ciudadanos para ser investida. En el gabinete hay dos malagueños: repite José Sánchez Maldonado, que pierde Economía pero mantiene Empleo, Empresa y Comercio; y la sorpresa de la jornada, la rectora de la Universidad de Málaga (UMA), Adelaida de la Calle, que, como independiente, asume la Consejería de Educación. Al frente de Turismo, una apuesta personal de la trianera: el exdelegado provincial de la Junta en Sevilla Francisco Javier Fernández.

La sorpresa saltó pasadas las cinco de la tarde, cuando se supo que De la Calle asumía Educación, no sólo porque lo hace en un ambiente marcado por los recortes en la materia, sino también porque lo hace como independiente, aunque mal se le puede aplicar ese calificativo después de haberse convertido, desde la presidencia de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) en azote, cruz y tormento del ministro de Educación, José Ignacio Wert (PP), sobre todo por medidas como el incremento de las tasas de matrícula universitarias, la reforma de las reválidas o los recortes en becas y el profesorado de Secundaria. Sus declaraciones han sentado a cuerno quemado varias veces en Génova, y esa vehemencia y la defensa abierta de la educación pública le han valido para ser consejera del ramo. También se convirtió en el látigo del podemista Íñigo Errejón.

José Sánchez Maldonado es el segundo malagueño en el gabinete de Susana Díaz, y, aunque pierde Economía, retiene Empleo, Empresa y Comercio. La confianza de la política sevillana en el veterano político malagueño es total, y con su permanencia en el Ejecutivo se respeta la cuota provincial costasoleña.

Como nota destacada, Luciano Alonso deja el gabinete tras años de servicio en Turismo, Cultura o Educación, donde le ha tocado lidiar con el escándalo de los cursos de formación como un último servicio al PSOE andaluz tras una dilatada trayectoria.

Sin embargo, la presidenta ha decidido colocar en la sensible área de Turismo y Deporte al hasta ahora delegado provincial de la Junta en Sevilla, Francisco Javier Fernández, una apuesta personal que trata así de tener línea de comunicación directa con el principal sector productivo andaluz y su empresariado: un hombre de confianza en un área clave.

El nuevo Ejecutivo regional es paritario, con ocho hombres y seis mujeres (incluida la presidenta) y en el mismo están representadas las ocho provincias andaluzas.

Díaz quiere una persona de su confianza como número dos, bragado en el Parlamento y en la calle y capaz de afrontar la dura oposición que le plantea una Cámara fragmentada y en la que el PSOE-A va a gobernar con mayoría simple: Manuel Jiménez Barrios, un político veterano y con cintura para pactar pero capaz de sacar la artillería dialéctica si hace falta, sale reforzado. Es el hombre fuerte, el rival a batir. Seguirá con Presidencia y suma la Vicepresidencia y Administración Local, tareas que asumió en enero después de que la salida de Diego Valderas dinamitara el pacto de Gobierno.

Llamativa es también la vuelta al Gobierno de Rosa Aguilar, que dirigirá Cultura -consejería otra vez independiente-. Se busca peso y altura políticas con la cordobesa, que ya fue consejera con Griñán y ministra con Zapatero.

Otro de los independientes es el rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, que dirigirá Economía y Conocimiento. En Salud hay otra nueva incorporación, la de Aquilino Alonso, quien se queda así con la cartera de más dotación económica.

En el actual equipo repiten cinco consejeros respecto del anterior Gobierno, aunque algunos dirigen áreas con menos competencias desde ahora. Además de Alonso, salen Eleva Víboras y María Jesús Serrano. Entre los repetidores, y más allá de los hombres a tener en cuenta, Manuel Jiménez Barrios y Sánchez Maldonado, repiten María Jesús Montero en Hacienda y Administración Pública -mano derecha de Díaz que incluso sonó para sustituirla al frente de la Junta ante un hipotético asalto a Ferraz de la secretaria regional-; Emilio de Llera en Justicia e Interior, un hombre sin pelos en la lengua que ha de hacer frente a la evidente carencia de medios en este servicio y a las quejas de jueces y fiscales, a veces con cajas destempladas; María José Sánchez Rubio, que pierde Salud pero sigue con Igualdad y Políticas Sociales, y Miguel Ángel Vázquez será el portavoz.

El exdelegado provincial de la Junta en Huelva, José Gregorio Fiscal, asume Medio Ambiente; y la hasta ahora directora del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), María del Carmen Ortiz, desarrollará el difícil empeño de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural.

Otra cartera importante para Málaga es la que asume el expresidente de la Diputación de Jaén y senador, Felipe López: Fomento y Vivienda. Entre otras, tendrá que consensuar con el alcalde, Francisco de la Torre, el trazado definitivo del metro de la capital de la Costa del Sol -si llega hasta el Civil, la conclusión hasta Torregorda y su posible ampliación-, y es posible que se repita alguna de las ya históricas discusiones entre el regidor malacitano y los sucesivos consejeros del ramo.

El Ejecutivo toma posesión este jueves y el lunes celebra su primer Consejo de Gobierno, donde se aprobarán medidas antidesahucios y las becas para la obtención del B1.