La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, reclamó ayer un «gran pacto de Estado» para luchar contra «la mayor vergüenza social» de este país, en referencia a la violencia machista, y ha llamado a «unirse» como en otros momentos se ha hecho «ante un terrorismo de otra índole».

Díaz hizo esta reflexión durante su intervención en el acto de inauguración en Sevilla del VI Congreso para el Estudio de la Violencia contra las mujer, en el que se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las tres últimas víctimas fallecidas por violencia machista.

La presidenta andaluza ha confesado que le preocupa que haya «todavía» una ley estatal que solo reconoce la violencia sobre las mujeres en el ámbito de la familia, pero no la ejercida sobre víctimas de explotación sexual, ni los casos de ablación u otras circunstancias como las violaciones.

«Da pavor reconocer la dimensión social del problema al que nos estamos enfrentando, y es que sólo hace falta ser mujer para tener el riesgo de ser víctima», enfatizó la presidenta andaluza, que ha advertido de que no se puede enfocar la situación como un fenómeno «coyuntural», porque es un problema «estructural».

Por ello, ha pedido la implicación de todas las administraciones y de cada uno de los ciudadanos para afrontar esta lacra «de manera estructural».

«Celebramos este congreso después de un fin de semana negro, trágico», recordó en referencia a los últimos casos de violencia machista, tras lo que ha vuelto a lamentar que la legislación «ni siquiera contempla en este momento todos los escenarios a los que hay que hacer frente».

Reflexionó sobre el hecho de que la «devastadora» crisis económica también ha afectado a la convivencia y a la violencia sobre las mujeres, de forma que «son muchos elementos a los que hay que dar respuesta». «Por eso llega el momento, que ya es urgente, de que haya un pacto de Estado frente a lo que es la mayor vergüenza social que tenemos», remachó Díaz, que ha pedido que todas las administraciones «arrimen el hombro».

Ha apostado, además, por la educación «en valores» tras recordar que, según el informe de la Organización Mundial de Salud de 2013, un tercio de las chicas entre 15 y 19 años sufrían «prácticas machistas».