La juez María Núñez Bolaños cumple un año en el juzgado que instruye el caso de los ERE, la primera de las macrocausas que abrió hace cinco años y medio Mercedes Alaya, y desde su llegada tenía claro que "lo fundamental era poner orden" y "organización" en el "gran trabajo" que supusieron esos casos.

Cuando llegó por sorpresa al juzgado de instrucción 6 de Sevilla, comprobó que "era necesario más gente trabajando, eran necesarios refuerzos. He contado con esa ayuda y solamente tengo que dar agradecimientos este año", explica tras recordar que su "gran objetivo ha sido dividir, simplificar, tramitar y agilizar" las macrocausas para que se puedan concluir.

Así se manifiesta la juez ante un grupo de periodistas que cubre habitualmente la información de tribunales en Sevilla al ser abordada por los pasillos para que realice un balance de su primer año al frente de uno de los juzgados más famosos del país, al que accedió tras once años en un juzgado de familia rompiendo las previsiones de Alaya de continuar con las macrocausas.

La estrategia de Alaya era lograr la plaza que pidió en la Audiencia de Sevilla y continuar con las macrocausas en comisión de servicio, pero un escrito que elevó al Poder Judicial en el que criticó a Núñez por su supuesta relación con el consejero socialista de Justicia Emilio de Llera truncó sus posibilidades.

Sin querer entrar en este debate, la nueva titular del juzgado de instrucción 6 enfatiza que "la justicia lenta no es justicia; si la solución llega tarde, tampoco es solución".

En esta línea, Núñez se muestra convencida de que "agilizar la instrucción de una macrocausa pasa por la división" y cree que en eso "ya hay un acuerdo genérico entre los juristas", explica en alusión a las críticas iniciales que tuvo cuando el año pasado dividió los ERE en piezas, lo que siempre rechazó Alaya.

Cuestionada por el fin de las macrocausas, como los ERE o los cursos de formación, la juez concluye: "se acabarán, lo más importante que podemos decir es que veremos un final, porque quizás esto antes nadie lo veía. Es una pregunta que me hace mucha gente, ¿pero se acabarán alguna vez? Claro que sí, se acabarán".

Respecto al legado de Alaya, que dirigió el juzgado 17 años y nunca contestó a las preguntas de los periodistas, la juez que ocupó su plaza destaca que ha supuesto "un gran trabajo, complejo, difícil".

"Es un trabajo muy complicado que ha requerido de mucho esfuerzo", resume la magistrada antes de subrayar el "gran equipo" que tiene trabajando en el juzgado.

El equipo lo forman, además de ella, un juez de refuerzo y otro que se ocupa de la gestión diaria del juzgado, de lo que está agradecida al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, así como por funcionarios extras que pone a su disposición la Junta de Andalucía.

"Se ha formado un equipo bueno y ese equipo está trabajando, y el balance no puede ser más que positivo", afirma la juez, que cedió la pieza política de los ERE al juez de refuerzo Álvaro Martín, quien en siete meses la ha concluido con el procesamiento de 24 políticos, entre ellos los presidentes socialistas de la Junta durante 23 años: Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

El plan de trabajo diseñado por Núñez cuando el Consejo General del Poder Judicial acordó en octubre de 2015 que Alaya no continuara con la macrocausas sigue con el cronograma previsto, y este mes se prevé concluir las piezas de las ayudas concedidas a dos empresas (Surcolor y Acyco).

Antes de fin de 2016 se acabarán la relativas a las sobrecomisiones que cobraron las aseguradoras y mediadoras y las que se refieren a las ayudas que recibieron las empresas de Sayago y Rosendo, exconcejales socialistas de El Pedroso (Sevilla), y Cenforpre.