­Cada vez que toca adelantar o atrasar los relojes se reabre el debate sobre la singularidad de los horarios en España, se escuchan propuestas a favor y en contra del horario de verano acordado en la UE y surgen los defensores de volver al huso que geográficamente nos corresponde. Ayer, se sumó a esta polémica la Junta de Andalucía, después de que los hoteleros malagueños se unieran a sus colegas baleares en cuanto a contar con una hora más de luz, incluso en temporada baja. El consejero de Turismo y Deporte, Francisco Javier Fernández, consideró que el debate «suele ser muy coyuntural» y se centra en los dos fines de semana en que se cambian las horas», al tiempo que también afirmó que esto «requeriría un estudio mucho más serio, que al final tendría que ser nacional».

Que los españoles tienen costumbres distintas a las de muchos otros europeos -por lo general, nos despertamos, comemos, salimos del trabajo, cenamos y acostamos mucho más tarde- es incuestionable; que el país -excepto las Islas Canarias- no se encuentra en el huso horario que le toca, también.

En 1940, España, que debería tener la misma hora que Gran Bretaña y Portugal, la adelantó sesenta minutos para acompañar a otros países europeos continentales; iba a ser una medida transitoria, pero ahí sigue.

Partidos como PP, PSOE y Ciudadanos dicen estar de acuerdo en volver a dejar las cosas en su sitio en aras a la conciliación, pero aún no se ha concretado nada.

A este desfase hay que sumar que dos veces al año cambiamos el reloj: el pasado domingo hubo que retrasarlo una hora -a las tres debían ser las dos- pero comunidades como Baleares y Comunidad Valenciana no querían hacerlo, aunque estaban obligadas por una directiva europea.

«Aquí en la Costa del Sol tampoco nos vendría mal tener una hora más de luz por las tardes. Pero vamos a ver lo que pueda conseguir Mallorca y ya analizaremos lo que se pueda hacer en Málaga», dijo la pasada semana el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón Suñé, en referencia a la iniciativa del Parlamento de las Islas Baleares de hacer una petición institucional en contra de que se atrasase la hora el pasado domingo, sobre todo por aquello de potenciar el sector turístico.

El consejero andaluz, en referencia a las palabras del presidente de Aehcos, señaló que tendría que ser «una política nacional», ya que «no a todos los territorios les influye lo mismo y creo que no podemos tener unos territorios que tengan una hora y otros, salvo Canarias, por las condiciones que tiene como isla y la latitud en la que está».

Así, destacó que los propios hoteleros malagueños «van a crear un grupo de trabajo donde vean si hay incidencia o no», por lo que abogó por «esperar estos resultados para poder tener un posicionamiento». «Creo que el cambio de horario de todos los años crea cierta polémica en torno a su aplicación y lo que tenemos que hacer es que las medidas y los posicionamiento que tomemos desde la Junta estén basados en datos certeros y en un trabajo de campo que nos permita saber en qué beneficia y en qué no», señaló.

Manifestó que habrá que tener contactos con los empresarios «para ver en qué se van a basar para desarrollar sus estudios», y añadió que desde la Junta de Andalucía «estaríamos dispuestos a colaborar con los estudios».

El presidente de Aehcos, en torno a la polémica balear, agregó en declaraciones a La Opinión de Málaga: «No es igual salir de noche a las seis de la tarde que con una horita más de sol. Sin embargo, aquí no está el debate en la calle porque nuestra situación geográfica no es la misma. Es lógico que en Galicia o en Baleares sea un asunto más complejo. Pero la Costa del Sol está justo entre ambos territorios».

El presidente de los empresarios de playas, Manuel Villafaina, señaló, sin ser muy explícito en el tema: «Si es cierto que existe un ahorro energético, no somos nosotros los que debamos abrir el debate».