Los empresarios andaluces reiteraron ayer la necesidad de «hacer más productivo» el actual modelo de la comunidad tras presentar en Sevilla el Segundo Informe sobre la competitividad de la Economía Andaluza, en el que comprueba que la región no ha aprovechado los años de la crisis para cambiar su estructura económica. El estudio es fruto de la colaboración entre la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y la Universidad Loyola y se ha realizado a partir de la publicación el pasado año del último Marco Input-Output del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) correspondiente a 2010, cuando la recesión estaba ya completamente declarada.

Según el estudio, los sectores clave siguen siendo los mismos que antes de la crisis, con los servicios, la construcción y el sector agroalimentario como segmentos más representativos en cuanto a potencial de creación de empleo.

«Podríamos decir que Andalucía no ha sabido aprovechar la oportunidad que la coyuntura económica le ha dado para cambiar su estructura productiva, para hacer de la región una más fuerte, resistente a las posibles sacudidas que una recaída económica pueda reportarle», detalla el estudio, presentado ayer en Sevilla por el presidente de la CEA, Javier González de Lara, y el profesor de la Universidad Loyola Andalucía Alejandro Cardenete, coordinador del trabajo y que además preside la Comisión de Estrategia Empresarial de la CEA.

González de Lara, que también es presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), comentó que «los modelos productivos no se improvisan ni se diseñan por real decreto», sino que hay que «dejar que evolucionen y se perfeccionen». Afirmó de cara al futuro que «no se trata tanto de cambiar el modelo productivo, sino de hacer más productivo el modelo» y reclamó la necesidad de vincular más el ámbito de la empresa y la universidad y de impulsar el «talento».

El máximo responsable de la CEA abogó por crear un entorno favorable para las empresas con menos burocracia y regulación administrativa, ya que estos elementos «impide el desarrollo empresarial», y también reclamó inversiones públicas en infraestructuras. Añadió que el contexto económico de los últimos años, marcada por la austeridad, no fue proclive a la transformación del sistema productivo andaluz, aunque recordó que sí hubo algunas variaciones positivas, como el auge de la industria agroalimentaria, la irrupción del incipiente sector aeronáutico y la apertura comercial al exterior, que ha permitido disparar el volumen de exportaciones.

El reto, más productividad

Por su parte, Cardenete dijo que «la estructura productiva andaluza es la que es» y que, por tanto, «no hay que pensar tanto en cambiarla sino en sacarla la punta de productividad». Así, incidió en la necesidad de «maximizar» los recursos de la economía regional y potenciar la industria agroalimentaria y la extractiva, la cual ha resurgido en los últimos años, así como el sector aeronáutico. «Podemos tener la capacidad de ser la California del Sur de Europa», afirmó.

Para Cardenete, el problema de Andalucía es que el sector industrial no es un gran generador de empleo como sí ocurre con la construcción y con los servicios vinculados al turismo. Por tanto, «no ha habido un cambio estructural» en la economía andaluza.

Según el informe de competitividad, los sectores que más efecto multiplicador tienen en la economía de la región siguen siendo la construcción, la hostelería, las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, comercio al por mayor y al por menor y las actividades inmobiliarias. Por el contrario, las actividades que menos tiran de la economía son la industria extractiva, la fabricación de productos farmacéuticos, la fabricación de productos informáticos y la industria textil y confección.