Unas 90.000 personas, según la organización, y 2.000 personas, según la Policía Nacional, participan este martes, Día de Andalucía, en la 'Marcha de la Dignidad' convocada en Sevilla con el lema 'La Andalucía que no se resigna y lucha: a la calle el 28F', con la que pretenden que el festivo se convierta en una jornada "de lucha".

Así lo han asegurado a Europa Press fuentes de la coordinación de la marcha, cuya cabecera, que partió poco antes de las 12,30 horas, ya se situaba casi en la Puerta Osario cuando la cola todavía permanecía en la estación de Santa Justa, lugar de comienzo de la movilización.

El itinerario programado comprende la finalización de la protesta a la altura del Teatro de la Maestranza, con la lectura de un manifiesto por portavoces de las distintas plataformas y mareas convocantes, tras llegar por la Ronda Histórica hacia el Prado de San Sebastián y seguir en dirección al río Guadalquivir.

Desde mucho antes del inicio de la marcha la gran afluencia de manifestantes de diversos colectivos sociales, políticos y laborales y la intensa circulación de autobuses cargados de participantes en la movilización obligaba a la Policía Local a proceder al corte al tráfico rodado de la avenida José Laguillo y, en momentos puntuales, de vías aledañas como Pablo Ruiz Picasso.

Las inmediaciones de la estación de ferrocarriles se convirtieron así en el punto donde confluyó un variopinto conglomerado de plataformas, partidos políticos del espectro de la izquierda y colectivos laborales, con amplia representación de las banderas con los colores de Andalucía y de la República y una nutrida presencia de consignas como 'Andrés, libertad' --en referencia al sindicalista y político Andrés Bódalo, encarcelado por una agresión durante una protesta--, 'Que no, que no, que no nos representan', 'Susana no sana', 'Menos coches oficiales y más colegios y hospitales' o 'No pagamos su crisis, no pagamos su deuda'.

A la manifestación han acudido, en representación de las fuerzas con presencia en el Parlamento andaluz, el coordinador general de IU, Alberto Garzón, y su homólogo en Andalucía, Antonio Maíllo, así como la coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez.

Garzón ha puesto en valor la acción en un día "reivindicativo para la identidad andaluza" y el hecho de que se produzca "en un año con motivos suficientes para salir a la calle, reivindicando nuestros derechos y una forma distinta de vivir, conscientes de lo que está pasando en el resto del Estado, con una crisis económica y social de enorme gravedad que juega con la complacencia de los Gobiernos de Susana Díaz y Mariano Rajoy".

El coordinador general de la federación de izquierdas ha lamentado que en los últimos días se hayan conocido los beneficios extraordinarios de empresas energéticas por miles de millones de euros, "al tiempo que se está subiendo el recibo de la luz y hay gente sin capacidad de calentar su propio hogar". "En Andalucía, y el resto del Estado, se pasa frío y hambre" a pesar de los superávits de grandes empresas "que podrían ser nacionalizadas para acabar con estas privaciones", ha resumido.

Por ello, ha destacado Garzón, se trata de una "batalla política", pues "no es inevitable que la gente sufra el desempleo y privaciones fundamentales", no obstante lo cual "mientras los Gobiernos de Díaz y Rajoy estén siempre plegados a las grandes empresas no tendremos solución: queremos una Andalucía libre de caciquistas, clientelismo y privaciones fundamentales".

De su lado, Maíllo ha puesto en valor la presencia en un acto de protesta "con el hilo conductor, del 4 de diciembre al 28 de febrero, sin el cual no estaríamos en una Andalucía autonómica que tenemos que reivindicar desde el poder andaluz", en un momento en el que "la máxima preocupación de los andaluces sigue siendo el desempleo y, como elemento novedoso, el deterioro de los servicios públicos".

Recalca así el coordinador general de IULV-CA la cualidad "profundamente reivindicativa" de una Andalucía "que no puede ser de segunda, sino en pie de igualdad, sin querer ser más pero tampoco menos que el resto de territorios". Así, se manifiesta contento de "participar en un espacio unitario", en una movilización "masiva, desbordante y apasionada", con muchos colectivos de empresas en crisis, "con gente que es víctima del neoliberalismo o la política de recortes".

En la cabecera de Podemos, Teresa Rodríguez señalaba a Europa Press la necesidad de recuperar el impulso "viejo y digno" de la movilización del pueblo andaluz el 4 de diciembre de 1977 que dio lugar al Estatuto de Autonomía, al objeto de hacer realidad los derechos en éste contenidos, ya que "como consecuencia, especialmente, de la crisis, de repente el Estatuto se quedó en un cajón sin que se llegaran a poner en marcha estos derechos". También ha aludido al espíritu de las protestas sanitarias de Granada, "donde se ha demostrado que saliendo a la calle es como se consiguen las cosas".

Rodríguez ha destacado la diversa participación de colectivos como los sindicatos CGT, la Unión Sindical Obrera (USO), SAT, Ustea, CNT y Cobas, organizaciones sociales y colectivos "en lucha" como las Mareas Blancas de Sevilla, Málaga, Cádiz y Almería, la Marea Verde y otros colectivos en lucha por la educación pública, el movimiento por las pensiones públicas de Andalucía, la Plataforma Somos Migrantes, la Plataforma Salvemos Doñana o la coordinadora en defensa de la calidad del aire del Campo de Gibraltar.

Además, se incluyen colectivos de trabajadores en lucha, entre otros los telemarketing de Catsa y Konecta, 061 y 112, el colectivo de estibadores o los Bomberos en lucha de Málaga, así como las Afectadas Ley de Dependencia, el Movimiento Democrático de Mujeres, la Plataforma por la Renta Básica y Proceso Constituyente, entre otras, además de otras formaciones políticas como PCA, IU, CUT, Podemos, Izar y Corriente Roja, y representantes de las ocho coordinadoras provincias de las Marchas de la Dignidad.

"Esperamos convertir este 28F en un día de lucha y no de celebración", ha especificado Rafael Polo, uno de los portavoces del colectivo convocante, que incide en que "la crisis la seguimos pagando las clases trabajadoras mientras unos pocos se enriquecen", por lo que son éstas, en tanto que "sujeto de cambio", quienes deben liderar la lucha "contra esta gente que nos está reventando día a día".