El nuevo consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, Javier Carnero, ocupaba hasta ahora el cargo de consejero delegado de Turismo Andaluz, con sede en Málaga, y donde ha desarrollado su labor en estos dos últimos años, tras la llegada a la Consejería de Turismo y Deporte de Javier Fernández, que no se ha visto afectado por los cambios en el Gobierno de Andalucía.

Carnero fue alcalde de Benalmádena en dos periodos, primero en 2007 y tras las municipales de 2011, aunque en ambas ocasiones sufrió mociones de censura del PP.

Tras su paso por la política municipal, estuvo al frente de la Delegación Provincial de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía. En las últimas andaluzas, el nuevo consejero andaluz pasó a engrosar la lista que el PSOE malagueño había elaborado para las elecciones autonómicas, aunque no llegó a presentarse, ya que renunció al quinto puesto que ocupaba tras ser llamado a declarar por un asunto judicial de sus años como regidor de Benalmádena. Su inesperada salida no fue por mucho tiempo, ya que Carnero siempre ha contado con la confianza de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y fue ella quien le recuperó para ponerlo al frente de Turismo Andaluz, junto a Javier Fernández, hombre de la máxima confianza de la presidenta. En este periodo al frente de la empresa pública, Carnero ha sabido dejar su impronta y uno de sus últimos actos fue precisamente este pasado viernes, cuando se dio a conocer la nueva campaña de promoción del destino Andalucía, en cuya elaboración jugó un papel activo. Carnero, licenciado en Derecho, es muy valorado en su faceta institucional y también lo es en su actividad más política.

En esta nueva etapa tendrá que enfrentarse a importantes retos en una Consejería en la que no le van a faltar asuntos por resolver. De este área depende el Servicio Andaluz de Empleo, los planes para fomentar la creación de puestos de trabajo en la comunidad y otras cuestiones más complicadas, como la reactivación de los cursos de formación, afectados por los escandalos de los ERE. También tendrá que lidiar con los consorcios de formación, en el caso de Málaga todo lo que respecta a las escuelas de hostelería como La Cónsula o el CIO de Mijas, cuya actividad está totalmente paralizada.