Más diálogo, entendimiento y acuerdo que en los dos últimos años. Estas son las tres premisas que la presidenta andaluza, Susana Díaz, exigió ayer a su nuevo ejecutivo durante la toma de posesión de sus seis nuevos consejerosseis nuevos consejeros (Salud, Educación, Empleo, Justicia, Agricultura y Cultura) a los que instó a centrarse en el diálogo social y en la recuperación de los derechos de los ciudadanos tras la crisis.

Salud, Educación y Empleo, que gestionará el malagueño Javier CarneroJavier Carnero, serán prioritarias en la política de los dos años que quedan de legisltatura, áreas que se han visto sacudidas en los últimos meses por sonoras y multitudinarias manifestaciones en la calle protagonizadas por el personal médico, docentes y decenas de miles de ciudadanos que ponían en cuestión dos de las famosas «líneas rojas» que el PSOE prometió que nunca se verían afectadas por los recortes: la educación y la sanidad. El gobierno andaluz estaba perdiendo la calle y la presidenta fuera clara ayer exigiendo a su equipo «diálogo con la sociedad».

Susana Díaz, que mantiene a su núcleo duro en el ejecutivo, reconoció que con este cambio de gobierno «se inicia una etapa distinta en Andalucía» y pone en marcha su plan B, tras una derrota en clave interna nunca esperó y con el que trata de relanzar un ejecutivo presa de la parálisis y con escasos resultados en la gestión.

Estrenan titular las áreas de Educación (la sindicalista Sonia Gaya), Salud (Marina Álvarez), Justicia (Rosa Aguilar), Empleo (Javier Carnero), Agricultura (Rodrigo Sánchez) y Cultura (Miguel Ángel Vázquez). Las cuatro primeras son las consejerías que más han sufrido las protestas y la indignación de la calle e incluso de sus propios profesionales públicos y la presidenta ha optado por perfiles que podrían reconducir la situación entre las plantillas públicas y el gobierno andaluz.

La presidenta de la Junta, que agradeció la «importante y masiva» asistencia a este acto institucional, así como la labor de los consejeros salientes y de quienes les relevan, señaló que el nuevo Gobierno conformado «en la mitad de una legislatura» viene «a tomar impulso y fortaleza para gestionar una recuperación económica que tiene que ser para la gente». Díaz reiteró que «hoy iniciamos una etapa distinta» en la que «Andalucía tiene que aprovechar al máximo la recuperación económica, primero porque es nuestra obligación y responsabilidad, y sobre todo porque hay miles de ciudadanos en Andalucía que lo necesitan y lo merecen».

Los retos pendenientes

Susana Díaz detalló durante su intervención los retos a los que se enfrentan los nuevos consejeros. A la consejera de Salud, Marina Álvarez, una prestigiosa doctora cordobesa y muy reconocida entre sus colegas, le pidió que recuperarse el diálogo social fundamental «con los grandes profesionales de la sanidad pública en Andalucía, que son los que permiten que los andaluces nos sintamos no solo orgullosos, sino seguros ante nuestra sanidad pública, ejemplo de vanguardia, investigación e innovación». Una petición para reconducir una de las consejerías más polémicas en esta legislatura, con las 'mareas blancas' recorriendo las ocho provincias andaluzas con epicentro en Granada gracias al fenómeno de Spiriman y con un profundo descontento no solo entre sus colegas sino también entre los ciudadanos, que han dejado de considerar la sanidad pública andaluza como un servicio «estrella» de su Gobierno».

A la nueva titular de Educación, Sonia Gaya, la presidenta agradeció que dé el paso de aceptar la consejería procedente de la secretaría de institucional de UGT-A y prometió que con la nueva consejera los trabajadores de la educación «van a seguir recuperando» derechos, y al mismo tiempo trabajará «mejorando la calidad de la enseñanza». Con su nombramiento, Díaz lanza un mensaje claro para uno de los sectores de empleados públicos más quemados por los recortes y que peor estaban respondiendo ante la prometida recuperación de derechos que constantemente vendía el gobierno andaluz. Díaz encargó a Gaya que profundize en la mejora dentro de las aulas, con mejores infraestructuras, que reduzca el fracaso y el abandono escolar y que mejore los índices de los alumnos en el Informe Pisa.

Por otra parte, a nueva estructura del Gobierno andaluz mantiene 13 consejerías y altera el reparto de competencias en cuatro departamentos con la vuelta de las políticas de Memoria Democrática a la Vicepresidencia de la Junta, hasta ahora en manos de Cultura, y de las competencias relativas a violencia de género a Interior y Justicia, actualmente en Igualdad y Políticas Sociales.