No era una consejería fácil, pero tampoco se ha estado a la altura pues el consejero malagueño José Sanchez Maldonado ha incumplido una de las promesas de la propia presidenta de la Junta de Andalucía como era reanudar los necesarios cursos de formación en 2016 tras su suspensión ordenada por la propia Susana Díaz en 2013 para evitar que le salpicarán nuevos escándalos de corrupción.

En estos dos años, la consejería de Empleo, Empresa y Comercio ha dedicado más tiempo en tratar de recuperar el dinero supuestamente estafado con el caso de los ERE y con los cursos de formación, que impulsar medidas eficaces para combatir el paro en la comunidad que ronda el 26,9% de la población activa. Ni en uno ni en otro caso ha estado muy afortunado el departamento que dirigía hasta hoy el malegueño José Sánchez Maldonado, pues los últimos datos apuntan que la Junta sólo ha recuperado 12 millones de euros por el posible fraude de ambos casos -8,7 millones de las subvenciones concedidas para cursos de formación y 3,6 millones por los ERE-.

Tampoco ha sido capaz de solucionar la parálisis de los cursos de formación para desempleados, bien por el escaso margen de maniobra de la pesada máquina burocrática y los nuevos controles para evitar otros fraudes, bien por las reclamaciones de las empresas aspirantes a esos cursos de formación, que incluso han presentado recursos administrativos.

Uno de los ejemplos de esta ineficacia es la solución del problema al CIO de Mijas. Hoy mismo ha vuelto a lanzar una promesa vacía, indicando que "antes de que finalice el mes",se reunirá de nuevo el Consejo Rector del consorcio CIOMijas y espera que se apruebe, finalmente, el balance de liquidación, después de que la semana pasada no se aprobara el mismo al encontrar el interventor reparos en los trabajos realizados por los liquidadores. Este centro de formación lleva más de 33 meses cerrado, sin pagar la nómina a los trabajadores, y resume la ineficacia de esra consejería para dar una solución al problema de la formación y del empleo en Andalucía. El centro, que costó más de 40 millones de euros, fue una de las referencias internacionales en formación de empleados del sector de la hostelería.