Los alumnos andaluces darán clases de memoria histórica en el colegio, desde que estén en Primaria. Incluso en la enseñanza para adultos se impartirá la asignatura de Memoria Democrática. Así lo anunció ayer la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el Parlamento andaluz durante el acto conmemorativo del 132 aniversario del nacimiento de Blas Infante, considerado padre de la patria andaluza, asesinado en la Guerra Civil hace 80 años.

Durante su intervención, Díaz defendió la Ley andaluza de Memoria Histórica y Democrática, «que supone fortalecer nuestros valores democráticos». Y por eso la quiere ahora incluir también en los niveles educativos.

Pero al mismo tiempo, quizás consciente de la polémica que puede surgir en torno a esta iniciativa, en una comunidad que se encuentra, además, a la cola de la educación en España (según se empeña en recordar cada vez que se publica el informe Pisa) en comprensión lectora y razonamiento matemático, Díaz señaló que «quien quiera advertir en esto un intento de adoctrinamiento o de reabrir heridas del pasado se equivocará, porque nada más lejos de la intención del Gobierno andaluz».

Del mismo modo, insistió en que, desde su punto de vista, es necesario y un buen ejercicio para evitar esa tentación tan propia de la condición humana «de tropezar dos veces en la misma piedra».

«Vamos a dar un paso al frente para fortalecer nuestros valores democráticos», insistió ayer la presidenta de la Junta en este acto de homenaje a Blas Infante, en el que también intervinieron el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, y los portavoces de los cinco grupos parlamentarios. En todos los casos, se defendió el papel de Andalucía en el debate territorial como garante de la igualdad y la estabilidad.

Desde el punto de vista de Susana Díaz, Blas Infante «fue una víctima de aquella barbarie y ninguna generación de andaluces debe olvidarlo, ni mucho menos desconocerlo, porque es nuestra historia».

La presidenta se refirió al extraordinario avance protagonizado por España al calor de su joven, pero asentada democracia, en un trayecto al que Andalucía ha aportado y sigue aportando «estabilidad e igualdad, afán de pueblo unido en nuestra rica diversidad que siempre suma y nunca resta». «Demasiados sedimentos y demasiada riqueza como para pretender socavarla y mucho menos como para querer impugnarla unilateralmente», apuntó Díaz, quien quiso dejar claro que Andalucía «ha sido, es y será siempre garantía de equilibrio en España, del respeto a la diversidad y de respeto a la igualdad de todos los ciudadanos vivan donde vivan».

Díaz también indicó que hablar del Estatuto de Autonomía andaluz es hablar de esa «brújula de la que nos dotamos para marcar nuestro propio rumbo como pueblo».