La Fiscalía de Sevilla ha solicitado un año y nueve meses de cárcel para el empresario Manuel Muñoz Medina, que simuló besar a la coordinadora de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguezeresa Rodrígue, además de una indemnización a la diputada autonómica de 6.500 euros y una multa de 1.200.

El Ministerio Público considera los hechos constitutivos de un delito de atentado a la autoridad, por la condición de diputada de Rodríguez -por el que solicita un año de prisión y una multa de cuatro meses a diez euros diarios- y otro contra la integridad moral, por el que pide nueve meses de prisión, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Efe.

Por su parte, la coordinadora de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, solicita un año y nueve meses de cárcel para el empresario y una indemnización de 6.500 euros que donará a asociaciones contra la violencia de género. En el escrito de acusación elevado al juzgado de instrucción 11 de Sevilla, al que ha tenido acceso Efe, la diputada andaluza de Podemos reclama seis meses de prisión por el delito contra la integridad moral y un año y tres por el de atentado a la autoridad, igual que la Fiscalía, si bien por el segundo delito eleva la multa reclamada por el Ministerio Público de 1.200 a 7.200 euros.

Los hechos ocurrieron el 20 de diciembre de 2016 durante la celebración de la copa institucional de Navidad en la sede de la Cámara de Comercio de Sevilla cuando Rodríguez subió al primer piso a saludar al presidente de esta institución.

En la escalera, se cruzó con el acusado, quien según la Fiscalía "con la intención de menoscabar su dignidad como mujer y sabedor de su condición y de la actividad que desempeñaba, se dirigió a ella, rodeándola con su brazo derecho por la espalda, llegando a empujarla, mientras ponía su mano sobre la boca" y simulaba besarla.

En su declaración en el juzgado de instrucción, Muñoz Medina aseguró que fue "una broma" que se permitió gastarle a Rodríguez "porque es de Cádiz y allí las chirigotas hacen chistes hasta del Rey, unas declaraciones que provocaron que la dirigente de Podemos lamentara sentirse doblemente humillada por ser mujer y de Cádiz.

En el auto de procesamiento del empresario, la instructora rechaza que lo sucedido "responda a una broma" por cuanto "ni víctima ni investigado se conocían con anterioridad, ni consta que hubieran mantenido una conversación dilatada y en tono de familiaridad" antes de ese día que "justificara la acción realizada, lo que impide considerar la misma como una broma de mal gusto".

La acusación particular considera probado que cuando el 20 de diciembre de 2016 Rodríguez se cruzó en la copa navideña de la Cámara de Comercio con Manuel Muñoz Medina -entonces vocal, cargo del que fue cesado-, este "con un ánimo libidinoso, con la intención de humillarla y menoscabar su condición de mujer y con una clara intencionalidad de vulnerar su libertad sexual, directamente se abalanza sobre ella y con un empujón le hace retroceder hasta un rincón". Entonces "la rodea con su brazo derecho por detrás de la cabeza y la espalda y con la otra mano le tapa la boca mientras aproxima su boca a la de la señora Teresa Rodríguez y besa su mano posada sobre su boca, simulando que le besaba en los labios. Todo ello lo hace pegando su cuerpo contra el suyo".

La defensa del empresario ha recurrido el procesamiento a la Audiencia Provincial de Sevilla, un recurso en el que reitera que todo fue "una broma, a lo sumo de mal gusto gastada por quien llevaba alguna copa de más".

Cuestiona que se puedan calificar los hechos de un delito contra la integridad moral ya que su eventual menoscabo no es un hecho objetivo sino que "dependerá de la sensibilidad, psicología o vulnerabilidad emocional" de la víctima, que en este caso no responde a "un perfil psicológico propio de una persona timorata" o "de tal debilidad emocional que un simulacro de beso le haga sentirse gravemente humillada" y "ultrajada".

No obstante la Fiscalía recoge en su escrito que la líder de Podemos "no tuvo capacidad de reacción por lo inesperado de lo sucedido" y se marchó del lugar con la jefa de protocolo de la Cámara de Comercio a la que "manifestó de inmediato su malestar por lo acontecido".