El consejo ciudadano andaluz de Podemos estableció este viernes en Málaga las pautas para afrontar las elecciones locales de 2019. A grandes rasgos, según se concluyó en la reunión de ayer, encabezada por la secretaria general del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez, la constante reivindicación del municipalismo activo debe dar lugar a amplias candidaturas de confluencia.

Llevado a la práctica en la capital, esto significaría intentar que cuaje una candidatura en sintonía a lo que ya se intentó en 2015 con Ganemos. Aunar bajo un denominador común a Podemos, IU y Málaga Ahora. Las últimas dos fuerzas están representadas ahora mismo en el Ayuntamiento de Málaga de manera oficial con cinco concejales (3 Málaga Ahora y 2 IU). Juan José Espinosa, edil no adscrito, ejerce como representante de Podemos, con el visto bueno del líder provincial de la formación morada, Alberto Montero.

La apuesta de Rodríguez por el municipalismo, tal y como lo abordó la líder de Podemos en Andalucía, parte con el objetivo de desbancar al PSOE tanto de las alcaldías así como del gobierno regional. «Nosotros no aspiramos a tener un partido que dure 200 años. Nosotros lo que queremos es ser una herramienta de cambio social, y que sea capaz de generar una alternativa en Andalucía que no pase por la derecha. Una alternativa al clientelismo del PSOE», explicó.

Un día después de la histórica manifestación del 8 de marzo, Rodríguez valoró lo acontecido de manera muy positiva, señalando que las concentraciones en España lograron trascender las fronteras y alcanzar notoriedad internacional. Para Rodríguez, la apuesta firme por el feminismo tiene que tener presencia en cualquier proyecto municipal que surja de cara a las elecciones locales de 2019. En este sentido, negó que la formación morada quiera apoderarse del feminismo como un movimiento del que sacar tajada electoral: Podemos no instrumentaliza los movimientos sociales. Nosotros aprendemos del movimiento feminista e intentamos representarlo en las instituciones».

Rodríguez criticó la actitud adoptada, sobre todo, por el PP y Cs, denunciando que los representantes de ambas formaciones se sumaron a las manifestaciones a última hora. «Este movimiento no es una fiesta a la que uno se encaja a última hora porque ve que funciona bien».