Juan Francisco Trujillo, el que fuera chófer del exdirector de Trabajo de la Junta Javier Guerrero, ha declarado este martes que su jefe le comentó que respecto a las ayudas investigadas en el caso de los ERE "él era el que disponía de darlas o no" y le "comentó" que podía otorgarlas sin ningún tipo de control.

Trujillo ha declarado como testigo en la pieza política del caso en la que su exjefe es juzgado junto a otros 21 ex altos cargos de la Junta por prevaricación y malversación al crear o mantener un "procedimiento específico" con el que durante una década el Gobierno andaluz repartió 850 millones en ayudas sociolaborales y a empresas en crisis de forma arbitraria y eludiendo el control, según la Fiscalía.

El exchófer está investigado en varias piezas separadas del caso porque dos empresas suyas recibieron ayudas por 900.000 euros y en la instrucción declaró que con fondos de los ERE se pagaron fiestas y copas así como cocaína para él y su jefe, y la defensa del exconsejero de Presidencia Gaspar Zarrías ha hecho constar su protesta por que testifique en este juicio.

A preguntas del fiscal, ha dicho que su relación con Guerrero llegó a considerarla de "amistad" tras ser su conductor de 2003 a 2007 en los que lo llevó a reuniones con sus superiores en la Consejería de Empleo pero también con los consejeros de Presidencia, Innovación, Hacienda y al ente público IFA (responsables de todos estos departamentos se sientan en el banquillo de los acusados).

Le comentó que gestionaba una línea de ayudas a empresas en crisis y "dijo que él era el que disponía de darlas o no darlas", a lo que el fiscal le ha cuestionado si le indicó que podía concederlas "sin ningún tipo de control" y el testigo ha respondido: "él me lo comentó".

En el caso de Zarrías ha concretado que una vez llevó a Guerrero a reunirse con él en San Telmo y salió "enfadado" pero no le dijo el motivo y en otra ocasión le comentó que "había recibido una llamada del señor Zarrías y que teníamos que hacer una visita a una empresa de azulejos de Vilches", localidad de la provincia de Jaén por la que el exconsejero de Presidencia era diputado.

También ha confirmado que trasladó a Guerrero a reuniones con el exsindicalista Juan Lanzas -considerado "conseguidor" de las ayudas para ERE de empresas y que según Trujillo tenía relación con Zarrías-; los responsables de mediadoras José González Mata (Uniter) y Antonio Albarracín y José Bordallo (Vitalia) -todos investigados por cobrar sobrecomisiones en las pólizas de prejubilación financiadas por la Junta-; empresarios; sindicatos; y abogados.

Trujillo ha dicho conocer a Lanzas de antes (ambos son de la provincia de Jaén) y que éste sabía sus "problemas de drogadicción" que admitió en su declaración policial en la instrucción y que ha ratificado, problemas que no comentó en el entorno de la Consejería de Empleo.

No recuerda haber llevado regalos de parte de Guerrero a terceros pero sí "en alguna ocasión" presentes de otros dirigidos a su jefe.

El interrogatorio a Trujillo -que no ha acudido con abogado pese a tener derecho por estar investigado en otras piezas- ha durado apenas 20 minutos (además del fiscal sólo las defensas de Zarrías y Guerrero le han preguntado) pese a la expectación mediática que despierta por sus confesiones durante la instrucción sobre el gasto de dinero público en alcohol y drogas.