El divorcio entre PSOE y Ciudadanos (Cs) en Andalucía se consumó este viernes en Málaga. A las 18.00 horas compareció el presidente regional de Cs, Juan Marín, para anunciar lo que era un secreto a voces: el fin del pacto que mantenía hasta ayer con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y que ha servido para dotar de estabilidad política a la región durante los últimos tres años y medio. Compareció Marín ante la prensa, después de recibir minutos antes el aval unánime de todo el comité ejecutivo nacional, reunido en el Hotel Barceló de la capital. Una convocatoria improvisada que se anunció a los medios a primera hora de la mañana. Hasta el jueves, el partido había fijado la estrategia de que no iba a haber ningún tipo de anuncio este viernes.

En su exposición de motivos, Marín justificó la ruptura con el hecho de que el PSOE, según sus palabras, le había confirmado que no tiene intención de cumplir las medidas del acuerdo de investidura que quedan por concretarse. «Susana Díaz ha agotada la paciencia de los andaluces y también de Cs», sentenció. De esta manera, Díaz queda ahora abocada a una debilidad parlamentaria inédita en esta legislatura y un adelanto electoral es el escenario más probable.

Los hechos se repiten. Esta vez, con actores políticos distintos. Si en el anterior Gobierno de Díaz la legislatura quedó enterrada después de un fin abrupto entre el PSOE e IU, ahora es Cs quien rompe la baraja a seis meses de lo que sería la terminación natural del presente ciclo político en Andalucía. En una reunión que estuvo encabezada por el líder nacional de la formación naranja, Albert Rivera, el comité ejecutivo atendió a la presentación de un informe de 22 páginas sobre los logros e incumplimientos del acuerdo de investidura por parte de Marín. El grupo parlamentario de la formación se apresuró a finalizar el mencionado informe este jueves, una vez que el pasado martes en la comisión de seguimiento bipartita del acuerdo de investidura con el PSOE, Marín habría constatado el nulo interés por parte de los socialistas para seguir adelante con el pacto. El líder naranja mantuvo un cara a cara con el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios.

Si el pretexto de Cs son los incumplimientos en medidas de regeneración, Marín puso todo el énfasis posible en trasladar la culpa de la ruptura al tejado de Díaz. Acompañado en su comparecencia por el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, reveló lo que había expuesto escasos minutos antes a sus compañeros de partido: «Ya les he dicho a mis compañeros que sencillamente no hay ninguna voluntad de diálogo, de plantear ningún calendario, de hablar de ningún tema que tuviera que ver con eliminar privilegios en Andalucía, con hacer que el voto de los andaluces valga exactamente igual, con eliminar puertas giratorias, con poner en marcha la Oficina contra el Fraude y la Corrupción, con poner en marcha una Ley de Subvenciones para acabar con el amiguismo a la hora de otorgarlas, ni de muchas otras cuestiones».

El cambio de consideración resulta notable si se compara con lo que había sido la tónica habitual hasta el momento. Marín siempre se ha mostrado relativamente satisfecho por como se avanzaba en el grado de cumplimiento del pacto. Por lo tanto, cabe analizar este movimiento como una estrategia para marcar distancias con el PSOE y huir de la imagen de socio leal de Díaz que se utiliza por parte del PP para atacar a Marín. Las expectativas electorales que maneja Cs en Andalucía son buenas. Los de Marín creen que pueden quedar por encima de los populares. Un buen resultado en las autonómicas también serviría para reforzar la imagen de Rivera a nivel nacional.

Adelanto electoral

La única con capacidad para apretar el botón rojo es ahora la presidenta de la Junta. En el PSOE no se da por hecho que la convocatoria de unas elecciones se produzca de manera inmediata. Hay varias fechas que se han puesto sobre la mesa, aunque ninguna contempla elecciones antes de noviembre. Tampoco se contempla, por otra parte, agotar la legislatura hasta marzo.