El narco Francisco Tejón, más conocido como Isco Tejón, último miembro del clan de los Castañas, negoció su entrega a través de los abogados, desde que fuera detenido su hermano Antonio. Eligieron un bar de La Línea en el barrio de la Atunara y se presentó con dos colegas que le acompañaron. El barrio, un fortín de los Castañas, ha protegido y ocultado al narco, aprovechando su estructura de viviendas unidas entre ellas que posibilitan las huidas y el control de quién entra en el barrio. Solo salía de noche y con un casco en la cabeza. Llevaba un coche lanzadera y se movía con motos para no ser detectado por la Policía.

Francisco Tejón, el líder de Los Castañas y el narcotraficante más buscado del Campo de Gibraltar, aseguró que estaba"asfixiado" por el cerco policial que seguía sus pasos y los de su entorno familiar, pero esta decisión, según fuentes próximas al caso, no le supondrá ningún beneficio judicial.

El jefe de la Brigada de Policía Judicial de la comisaría de La Línea de la Concepción, David Sánchez, ha explicado hoy que no ha habido "ningún pacto" con Isco, como se le conoce, ni por parte de la Policía ni por parte de la Fiscalía.

Su entrega se produjo después de que sus abogados llamaran a la Policía para comunicar que se entregaría a las 7:45 horas de hoy en la playa de la Atunara de la Línea de La Concepción, un territorio y un barrio emblemático para los líderes del mayor grupo de narcotráfico del Campo de Gibraltar.

Isco sentía la presión policial muy cerca desde el pasado mes de junio, cuando su hermano mayor, Antonio, con el que lideraba la red, cayó en una operación policial en la que participaron 150 agentes de la Policía y la Agencia Tributaria que le localizaron en la barriada de La Atunara.

Desde enero pasado el cerco se había estrechado y cincuenta agentes se empleaban a fondo en localizar al menor de Los Castañas.

Los investigadores creen que en este tiempo ha estado escondido en La Línea, un territorio seguro para Los Castañas y en el que cuentan con decenas de aliados fieles que han trabajado en su red de narcotráfico. También hay constancia de que ha estado oculto en Gibraltar.

Isco, según las fuentes, sabía que estaba a punto de caer y por eso ha decidido dar este paso, asesorado por los abogados que hoy le han acompañado.

La Policía no da ninguna relevancia a la reciente difusión del videoclip del cantante Clase A en el que el menor de Los Castaña, el narcotraficante más buscado, salía en varias escenas en coches de lujo, rodeado de mujeres en tanga, en una piscina o en una cama redonda.

Los investigadores creen que ese vídeo, cuya fecha de grabación no tiene que ser tan reciente como la de su difusión, no ha influido en la decisión de entregarse, tanto como que Isco se sentía ya "realmente inseguro".

Antes de su entrega, Isco, según fuentes de la investigación, ha debido tener tiempo de preparar con sus abogados su comparecencia ante el juez de guardia, ante el que ha sido conducido poco después de su detención.

El líder del clan de Los Castañas no se ha negado a declarar, como habitualmente sucede, y ha contestado a las preguntas del juez.

Pero, eso sí, para negar que él tuviera ninguna relación con el narcotráfico.

Según han indicado a Efe fuentes próximas al caso ha contado que todo el dinero y los bienes que tiene son fruto de negocios legales que le habían ido bien en los últimos años.

El jefe de la Brigada de Policía Judicial de la comisaría de La Línea de la Concepción ha explicado que la detención de Isco, tras la caída de Antonio, significa que este grupo, al que se le ha llegado a atribuir el 80 por ciento del tráfico de hachís procedente de Marruecos que entraba en Europa por esta costa, está descabezado.

Pero que los hermanos Castaña estén "entre rejas" es sólo "un paso muy importante", que no significa que el trafico de hachís vaya a parar en la zona ni que no tengan "sucesores", ha señalado el jefe policial.

De hecho, el clan de Los Castañas sufrió su primer gran golpe en noviembre de 2016 cuando un dispositivo formado por más de 150 agentes permitió la detención en Cádiz y Marruecos de 30 miembros de la banda y decomisó una quincena de propiedades.

Los líderes de los Castañas emprendieron entonces una huida que les ha llevado a permanecer ocultos con una orden internacional de búsqueda y captura.

El mayor de ellos, Antonio, logró vivir así un año y medio, hasta que fue detenido el pasado mes de junio, y el menor, Isco, casi dos años, hasta que hoy ha decidido entregarse a los agentes que llevaban tanto tiempo tras su pista y que le acusan de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.