Meterse con los niños andaluces se está convirtiendo en una tradición entre determinados políticos; ayer le tocó el turno a la dirigente del PP Isabel García Tejerina, quien se sumó a la cada vez más nutrida lista de quienes les menosprecian aunque luego se disculpen. García Tejerina, exministra de Agricultura en el gobierno de Mariano Rajoy, dijo en TVE: «En Andalucía un niño de 10 años sabe lo que uno de 8 en Castilla y León» y, ante las consiguientes protestas -presidente del PP andaluz incluido- matizó diciendo que «los niños andaluces son de 10», pero la gestión de 40 años de gobiernos socialistas ha sido «absolutamente ineficaz».

Otra exministra del PP ya fue con anterioridad autora de otra polémica frase sobre este mismo asunto: «Sabemos que los niños andaluces son prácticamente analfabetos», dijo Ana Mato en marzo de 2008 en una entrevista radiofónica. Una vez más, la misma secuencia: protestas de los andaluces y rectificación.

«Ha sido una manera de hablar, una expresión desafortunada con la que quería dejar constancia de que el Gobierno del señor Chaves no actúa de la manera necesaria para que los niños andaluces tengan un buen nivel de educación», matizó la entonces eurodiputada del PP quien, no obstante, no renunció a eso tan socorrido de la frase sacada de contexto. Mato llegó a decir que había que tener «mala fe» para acusarla de haber querido insultar a los niños andaluces.

También gusta mucho hacer frases más o menos ingeniosas sobre los niños andaluces entre los políticos nacionalistas catalanes y así lo hizo, por ejemplo, el entonces president de la Generalitat, Artur Mas, quien aprovechó para meter a los pequeños gallegos en el mismo saco. Mas, que respondía en el Parlament a una pregunta sobre el bilingüismo en su comunidad, aseguró que los niños catalanes sacaban las mismas notas en castellano que los de otras comunidades autónomas y añadió: «por no hablar de Sevilla, Málaga o La Coruña, porque allí hablan el castellano, efectivamente, pero a veces a algunos no se les entiende».

De nuevo follón; Mas pidió disculpas por si alguien se había sentido ofendido, pero lamentó que sus palabras se hubieran sacado de contexto y se hubieran «exagerado», cuando la intención era hacer una «afirmación desenfadada sin ánimo de ofender».

Noviembre 2016, también en el Parlament, Dolors Bassa, entonces consellera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat -actualmente en prisión preventiva por el procès- responde a una pregunta de la oposición diciendo que muchos de los niños que esnifan pegamento en determinadas zonas de Barcelona «vienen de Ceuta y Andalucía».

Otra que tuvo que disculparse, aunque lo hizo asegurando que en ningún momento había dicho que fueran andaluces, sino que provenían del Magreb y no eran atendidos por la Junta de Andalucía.

Hay más ejemplos, aunque menos llamativos, que demuestran que para determinados políticos no es raro utilizar a los andaluces como arma electoral y que empiezan a hacerlo desde que son niños hasta que cobran el PER «para pasar el día en el bar del pueblo», como dijo el líder de la extinta Unió Democrática de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran Lleida.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, ve «desdén supremacista» en las palabras de García Tejerina. Criticó la «ignorancia total» y el «desconocimiento» con el que, según la presidenta de la Junta, la exministra de Agricultura y Medio Ambiente habla de Andalucía.

«Le diría a la señora Tejerina que mirara, por ejemplo, el índice de repetición en Primaria de los niños» en ambas comunidades, dijo Díaz, quien aseguró que mientras en Andalucía el dato es del 2,5%, en Castilla y León se sitúa en el 4,3%. Del mismo modo, acusó a la exministra de mantener una actitud de «desprecio» a la comunidad autónoma y recordó que cuando se produjo el incendio en el parque de Doñana «ni siquiera tuvo a bien acercarse a ver lo que pasaba en ese momento».

Para Díaz, estas declaraciones «son fruto del caldo de cultivo que ha generado la derecha andaluza durante años», que al hablar mal de Andalucía «ha incrementado el clasismo y el desprecio de sus dirigentes a nivel nacional con esta tierra». Por ello, exigió «respeto» ante lo que consideró como un «ataque» a los niños andaluces y a «los 100.000 docentes que todos los días educan a los niños como ciudadanos libres, críticos y con futuro». «Esos niños a los que ataca son los mismos que construyen el Airbus, el tren ultrasónico, u operan el cáncer en el Hospital de Málaga mientras un músico toca el saxo», dijo Díaz, para quien «esa es la Andalucía que ella no quiere ver y que la derecha desprecia y mira por encima del hombro».

La consejera de Educación de la Junta, Sonia Gaya, consideró, por su parte, una «vergüenza» que el PP «quiera arañar votos utilizando a los niños andaluces como rehenes» tras las críticas de la exministra de Agricultura a la calidad de la educación en Andalucía.

En unas declaraciones difundidas en su cuenta personal de Twitter, Gaya exige al presidente del PP, Pablo Casado, y a su homólogo en Andalucía, Juanma Moreno, que «dejen de utilizar a Andalucía como su laboratorio de insultos y que pidan perdón».

«Aquí sí estamos orgullosos de nuestra comunidad educativa», aseguró la titular autonómica de Educación, que se lamentó de que los populares continúen con «su campaña de desprestigio contra Andalucía con tópicos y prejuicios, sin pudor ni rigor, incluso desconociendo la realidad, usando a los niños andaluces». «No todo vale en la estrategia del lodo», reseñó.

Reacciones del PP

Ni siquiera el PP-A comparte las declaraciones de la vicesecretaria sectorial de su partido. La secretaria general del PP-A, Dolores López, ratificó las palabras del presidente del partido y candidato, Juanma Moreno, escritas en su twitter. «No compartimos las palabras de Isabel García Tejerina. Los niños y profesores andaluces son de diez, solo les falta un gobierno a su altura», dijo. Así que López señaló que lo que sí es cierto que «no es de diez es el Gobierno andaluz, que es el que tiene a los niños en aulas prefabricadas o el que no paga a las escuelas infantiles».

Por último, el líder del PP, Pablo Casado, pidió a los socialistas que no se confundan las críticas al PSOE con críticas a los andaluces y destacó que es la Junta la que está haciendo «malas políticas» en educación o empleo.