«Todos los andaluces ventilan su casa de vez en cuando para que entre aire fresco y porque no se puede vivir con olor a cerrado (...) ¿alguien se imagina cómo puede oler una casa que no se ha ventilado en 40 años? Pues ese es el olor de la Junta de Andalucía al tener cerradas a cal y canto las ventanas y puertas de un gobierno que ha hecho lo mismo con los mismos efectos», dijo ayer el vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto.

Así se pronunció en Granada, donde situó a su partido como «la única opción de cambio sin riesgo» en Andalucía después de «40 años de régimen socialista» y apeló «al sentido común de los andaluces» para dar una oportunidad a que entre «aire fresco y luz» en la comunidad porque «no se puede vivir con olor a cerrado».

Maroto se dirigió a los andaluces de cualquier ideología y los invitó a confiar «en esa higiene democrática que significa la alternancia política» y esa «oportunidad de cambio» necesaria en la «única región de Europa» que no la ha tenido en este tiempo. Agregó que el PP quiere hablar «sin populismo» de temas como el debate de las comunidades autónomas, que «no se resuelve eliminándolas de un golpe» sino quitando lo que están practicando «con deslealtad», como la educación, que debe ser una competencia del Estado y gestionada por él en «las cuestiones esenciales».

Inmigración

Sobre la inmigración, dijo que el PP no cae ni en «el debate absolutamente racista de los partidos de extrema derecha que comparte Vox» ni en el «buenismo extremo de los que se dedican a buscar qué barco pueden traerse a España». «Hay un punto de rigor, que quizá es políticamente incorrecto, pero que es necesario», que es que «aquella persona que venga solo a vivir de las ayudas sociales, que genere conflictos en la convivencia de nuestro país y que no acepte la cultura y las leyes del país que le integra no debe residir en España ni un solo día».