Las elecciones del 2D serán decisivas para el candidato del PP, Juanma Moreno, quien busca gobernar por primera vez (si suma con Cs) con la amenaza de un mal resultado que debilitaría su posición ante la nueva dirección, que se ha valido de la campaña para presentar las claves de su discurso nacional. Moreno ha compatibilizado la campaña electoral con el líder del partido, Pablo Casado, cuya implicación buscaba movilizar voto pero también dar a conocer su proyecto para el país, ya que él mismo ha tildado las andaluzas de una primera vuelta de las generales.

Líderes nacionales

La dirección nacional no cree que el hecho de que el líder se haya volcado con la campaña andaluza le vaya a vincular a él directamente con el resultado de Moreno si acaba siendo muy malo, pero Casado ha querido respaldar al andaluz durante las dos semanas. Los populares han multiplicado sus campañas electorales, también con la presencia del secretario general, Teodoro García Egea, y de vicesecretarios del partido para llegar a todos las zonas que marcaron como prioridad en el mapa electoral.

Desde el PP andaluz entienden que esa constante presencia de Casado les ha beneficiado, porque aporta un mensaje más duro que el de Moreno y equilibra su discurso más centrado. Sin embargo, también admiten que resta protagonismo y divide la atención mediática.

Moreno, que ha recorrido más de 7.000 kilómetros durante esos 15 días, ha recurrido principalmente a las medidas económicas y se ha centrado en los sectores productivos. Su propuesta estrella de la campaña es lo que él mismo ha denominado el BMI, una bajada masiva de impuestos para igualar Andalucía con Madrid.

Los grandes mítines de elecciones anteriores han dejado paso a actos reducidos y enfocados a sectores más concretos. De hecho, el popular no ha dado ningún «gran mitin» en solitario.