El día siguiente a las elecciones andaluzas ha amanecido con la única certeza de que habrá un cambio de Gobierno al frente de la Junta de Andalucía, tras una hegemonía del PSOE que se ha estirado a lo largo de 36 años. Aunque los primeros parpadeos fueron para el candidato del PP, Juanma Moreno, que automáticamente se postuló para liderar el cambio en Andalucía, ahora mismo no está claro que sea él quien releve a la todavía presidenta, Susana Díaz. En la noche de ayer, ya empezó a tomar cuerpo un escenario que recuerda al que se dio en el Ayuntamiento de Mijas en las elecciones de 2015, cuando el candidato naranja, Juan Carlos Maldonado, se convirtió en alcalde como cabeza de lista de la tercera fuerza más votada en esta localidad malagueña. El candidato de Ciudadanos a la presidencia, Juan Marín, ya manifestó anoche su voluntad de ser él quien lidere el relevo en la Junta de Andalucía, y dejó claro que se va a presentar para ser investido como presidente. "El cambio sólo lo puede liderar un partido que crece", aseguró. Esta mañana, en el Hoy por Hoy de la Ser , ha insinuado la posibilidad de que se llegue al mencionado acuerdo: "Somos un partido que ha demostrado mucha sensatez, moderado, constitucionalista, y esas serán nuestras líneas. Igual el PSOE se lo piensa y apoya a Ciudadanos". La cúpula del partido naranja, con Albert Rivera al frente, también ha respaldado a Marín en su intención de presidir la Junta.

Los números dicen que la presidencia de Marín es posible. Para que prospere una investidura de Marín, el PSOE debería poner a disposición de Ciudadanos sus 33 escaños cosechados para que se puedan sumar a los 21 obtenidos por la formación naranja. La suma de ambos daría 54 escaños, casi los 55 que marca la mayoría absoluta. Por ello, también es necesaria la implicación de Adelante Andalucía en este escenario, ya que los de Teresa Rodríguez, con sus 17 escaños, tendrían que abstenerse en una hipotética investidura de Marín. Así, los 54 'síes' se impondrían a los 38 'noes' que resultarían de la suma de escaños entre el PP (26) y Vox (12). La negativa del PP y Vox a una hipotética investidura de Marín se puede dar por hecho, aunque por diversos motivos. En el caso de los populares, por truncar el eterno sueño de presidir la Junta de Andalucía y quedarse a las puertas cuando más cerca se están viendo. En el caso de Vox, por la implicación del PSOE y de Adelante Andalucía que exige esta ecuación.

Los dirigentes del PP ya se huelen la jugada y han salido en tromba esta mañana para afearle a Marín sus aspiraciones de presidir la Junta. El vicesecretario de Organización, Javier Maroto, ha defendido que "el cambio tiene que estar liderado por Juanma Moreno". La misma idea ha sido expuesta por la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, también en el Hoy por Hoy: "Nos sorprende que Ciudadanos que no se presentó en Cataluña quieran ahora presentarse siendo terceros".

¿Cómo ven la posibilidad de Marín de presidente en el PSOE? Para empezar, los socialistas todavía siguen procesando las consecuencias de una pesadilla electoral inesperada por todos. Pero entre algunos ya se está considerando esta eventualidad como "un mal menor" frente a la posibilidad de un Gobierno del PP-Ciudadanos-Vox, y liderado por Moreno. Por ahora, la estrategia pasa por apelar a la victoria del PSOE y que Susana Díaz sigue encabezando la opción más votada por los andaluces. Una postura que durará lo que dure cristalizarse que Díaz no tendrá los apoyos para ser investida de ninguna de las maneras. En este momento, es cuando podría comenzar a fundamentarse la opción de Marín.

En Ciudadanos, el escenario con Marín al frente, podría evitar que la formación naranja se tenga que codear en un Gobierno con Vox. Aunque a Ciudadanos se le haya situado en el bloque de derechas, los de Santiago Abascal son vistos tanto por Marín como por Rivera como unos compañeros de viaje muy incómodos. La esencia de Vox, antieuropeísta y aderezada con tics de anhelo autoritario, choca frontalmente con esa tradición de partidos liberales europeos en los que a Ciudadanos le gusta verse reflejado. Nadie se imagina a Emmanuel Macron compartiendo camino con el Frente Nacional de Le Pen o al FDP alemán cogido de la mano con el partido de extrema derecha AFD.

En el fondo, Ciudadanos se podría apuntar dos logros si se da este escenario. Por un lado, el haber acabado con Díaz. Por otro, haber frenado la llegada al Gobierno andaluz de la extrema derecha. En el escenario de la política nacional, Rivera también podría recolocarse en el centro del tablero político como fuerza "moderada, sensata y constitucionalista". De esta manera, aunque es pronto para dictar sentencias, el 'acuerdo Mijas' podría tener su réplica en el Parlamento andaluz.