El líder del PP andaluz, Juanma Moreno, indicó ayer, sobre uno de los pactos del que más se habla desde que se conocieron los resultados de las elecciones andaluzas, que la línea roja para una negociación con Vox es «evidente» y que será el respeto a la Constitución de 1987 «por la que se rigen España y Andalucía». Así, tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, reconoció no haber hablado aún con el líder de Vox, Francisco Serrato, pero dijo que confía en que quien quiere un cambio, no lo defraude. Aún así, durante su comparecencia pidió a Cs y Vox que no estén pensando en «pactos electorales» y se avengan a pactar con él.

Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, aseguró que con el partido de Abascal pueden encontrar acuerdos en materia de impuestos, de respaldo a las fuerzas de seguridad del Estado, en la defensa de la unidad nacional y en la regeneración. Además, afirmó compartir la necesidad de reforzar algunas competencias del Estado, aunque no la supresión de las autonomías, «algo por lo que el PP no va a pasar».

Asimismo, Casado rechazó las advertencias del PSOE sobre la «radicalidad» de Vox ante el posible acuerdo entre los dos partidos de derechas para gobernar en Andalucía, criticando que los socialistas «se apoyan en el partido más radical de la democracia española», en referencia a Podemos. Así, negó la «superioridad moral» de la izquierda para definir qué es extremo, radical, bueno o democrático y que se defina a Vox «como partido peligroso» cuando Podemos «ha defendido la historia criminal etarra», habla de Arnaldo Otegi como «hombre de paz», planteaba «expropiaciones forzosas de viviendas y empresas» y «defiende la dictadura de Maduro».

Además, el líder popular aseguró que Vox no solo ha recibido apoyos de votantes anteriores al PP y Ciudadanos, sino también del PSOE y Podemos, así como también de electores que se abstuvieron en la anterior cita electoral. Se ha tratado, consideró, «de un movimiento transversal» de votos que demuestran que en España hay una gran mayoría social que quiere que los políticos hablen «claro».

En lo que respecta a los socialistas, Moreno instó a Susana Díaz a que no se agarre a «un clavo ardiendo» buscando «pactos imposibles» porque su tiempo en Andalucía, aseguró, «ya ha pasado». Por ello, Moreno consideró que lo que le toca ahora al PSOE es «no bloquear» el cambio.

«Cs tiene que apoyarnos»

Moreno incidió en que Ciudadanos tiene que apoyar al PP porque «ni siquiera sus propios electores entenderían que la tercera fuerza quisiera liderar el cambio» y porque sus dirigentes han dicho durante la campaña «que pactarían con los populares siempre que estos tuvieran un voto más, como así ha sido». Ahora, advirtió, Cs tiene que cumplir ese compromiso electoral y que una «línea infranqueable» para negociar es que sea él (Juanma Moreno) quien asuma la presidencia de la Junta. A partir de ahí «se puede negociar todo», dijo.

En esta línea, Casado advirtió de que si Cs intenta «algún tipo de geometría variable» para no apoyar a Juanma Moreno al frente de la Junta su actuación tendrá «repercusión electoral» en el futuro. Así, el líder del PP-A insistió en que ahora toca «no bloquear» y avisó de que actuar con «ombliguismo» y «tacticismo» electoral se puede pagar caro tanto en las municipales y autonómicas de 2019 como en las generales. A su entender, la gente «jamás perdonaría una traición en toda regla». Por eso pide a la formación naranja «coherencia» con los mensajes lanzados en campaña.

Por otro lado, Casado resaltó que el apoyo al PP en Andalucía llega por una cuestión de «salubridad» y «regeneración democrática» y garantizó que el PP no actuará con «deslealtad» como a su juicio hizo Patxi López en el País Vasco pese a la «generosidad» del PP dándole sus votos para gobernar.