El Parlamento andaluz vivirá esta tarde la primera de dos jornadas históricas que llevarán a la región a una alternancia política desconocida hasta el momento, y que se culminará este miércoles con la investidura del ahora aspirante a presidir la Junta, Juanma Moreno. Por primera vez en la historia de Andalucía, el PSOE no ostentará el poder y sí lo hará el PP. Lo que no consiguió el histórico Javier Arenas sí lo hará Moreno. Y lo hará con un respaldo obtenido en las urnas ostensiblemente menguante, la mitad menos de escaños. Si Arenas ganó las elecciones con 50 diputados, Moreno encabeza la segunda fuerza política, y el 2D le dejó un grupo parlamentario integrado por 26 parlamentarios. Un claro ejemplo de cómo ha cambiado la política en los últimos años, con la irrupción de nuevos partidos y mapas que exigen afinar la aritmética parlamentaria para fraguar gobiernos. El de Moreno verá la luz el miércoles gracias a los votos de Ciudadanos (21) y Vox (12). Polémicas e interpretaciones aparte, el Gobierno andaluz se desfigurará, por primera vez, ideológicamente, dando paso en la región a un ejecutivo que se declara abiertamente de derechas. Y con todo el empaque que conlleva la dependencia de Vox, cuyo apoyo será vinculante para sacar adelante cualquier medida o ley en el Parlamento.

La respuesta del PSOE, que se estrena en el banquillo de la oposición, y la de Adelante de Andalucía, se prevén como una búsqueda constante del choque de trenes. Para ello, se servirá constantemente de la presencia de Vox. La extrema derecha abre, por primera vez, las puertas de España y lo hace por Andalucía. Con postulados, más allá de todo lo relacionado con el cuestionamiento abierto de los consensos alcanzados en materia de violencia de género y de inmigración, que podrían alterar la estabilidad del Gobierno de coalición entre el PP y Ciudadanos. Más, en un escenario político nacional que siempre está en plena disputa electoral.

No obstante, en el día de hoy, Moreno se presenta como el triunfador absoluto. En vísperas de las elecciones eran muchos en su propio partido los que ya le daban por amortizado. Dará el aldabonazo, convirtiéndose en el represente popular con mayor poder territorial dentro del partido. Un nuevo estatus que podrá sacar a relucir en el congreso nacional que celebra el PP este viernes, y en el que le esperará un sonado baño de masas. A las 12.30 horas tomará la tribuna para pronunciar su discurso de investidura sin tener ninguna limitación temporal. Un privilegio que solo se le atribuye al candidato a la Presidencia. Moreno ha estado retirado estos días en Doñana para esbozar y perfilar con sus asesores más cercanos el discurso más importante que ha tenido que pronunciar hasta ahora en su carrera política. En una entrevista concedida a ABC, Moreno no dudó en calificar su elección como presidente de la Junta como la culminación del «sueño de su vida».

El pleno de investidura se retomará el miércoles, con la intervención del resto de partidos, en riguroso orden de representación, y con un turno de réplica de 30 minutos para cada interviniente. Este es el formato que ha presentado la Presidenta de la Mesa, Marta Bosquet, después de la reunión que mantuvo la semana pasada con los respectivos portavoces.

Más incluso que en otras investiduras, la expectativa está por todo lo alto. Se prevé una atención mediática masiva. Las acreditaciones han volado por todo el territorio. El interés que genera Andalucía en el contexto nacional es ahora mismo enorme. La región copa titulares y la prensa internacional también ha puesto el foco. ¿Estamos ante un preludio de una alianza que se pueda exportar a otras regiones? ¿Tardarán mucho en aflorar las primeras contradicciones y roces en la combinación inédita del PP y Ciudadanos con Vox? ¿Hasta qué punto Vox va a tratar de copar espacio con exigencias y propuestas imposibles de asumir? Al igual que pasa en el resto del país, la gestión de Andalucía será, a partir de mañana, una auténtica prueba de la capacidad que pueda atesorar el PP para ejercer de puente entre Cs y Vox. Dos partidos que no se pueden ni ver y no parece que la formación de extrema derecha se conforme con una presencia testimonial. La sombra de los líderes nacionales se presume extensa, como ya han demostrado las negociaciones para alcanzar el pacto, primero entre el PP y Cs y, luego, entre el PP y Vox. Moreno tendrá que demostrar que actúa con independencia y no a través de los vasos comunicantes con Madrid.

La escenografía de la investidura será completada con cierta música de derrumbe. La que imprimirán varias acciones de protesta proyectadas para hoy. Entre ellas, las impulsadas por varios colectivos feministas. El portavoz del PP-A, Elías Bendodo, culpó ayer al PSOE de alentar estas protestas. Lamentó el «mal perder» de Díaz y recordó que aún no había llamado a Moreno para felicitarle por su inminente investidura. Muchas novedades y mucho en juego.