El presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, ha vivido este mediodía en el Parlamento andaluz uno de los momentos más felices de su vida, como él mismo ha reconocido en una entrevista, al defender su programa de gobierno como candidato popular a presidir la Junta de Andalucía en un discurso de investidura de marcado carácter reformista en el que ha soslayado los asuntos más polémicos y se ha imbuido de los valores de la Transición política española, citando incluso en dos ocasiones al expresidente Adolfo Suárez y asegurando que la llegada de su partido al Ejecutivo, apoyado por Ciudadanos (21 parlamentarios) y el ultraderechista Vox (12 escaños), tendrá como fundamentos básicos la reforma y el diálogo.

El malagueño tendrá que escuchar mañana, en la segunda sesión del pleno de investidura, a los portavoces de los grupos, a los que contestará y luego someterá su candidatura a presidir la Junta a los votos de la cámara, algo para lo que no tendrá problemas con el apoyo de sus 26 parlamentarios y los de Cs y Vox. Será un día histórico este miércoles, uno más, el tercero desde el pasado 2 de diciembre cuando se celebraron los comicios. Moreno se convertirá en el primer presidente de la Junta de Andalucía nacido en Málaga, en una provincia oriental, y el primero también del PP, así como será, además, el que estrena este casillero para los populares tras casi cuarenta años de gobiernos socialistas. Será, además, el séptimo presidente del Ejecutivo andaluz desde la instauración de la Junta preautonómica.

Moreno ha llegado al Parlamento andaluz a las 12.25 horas en medio de una gran atención mediática. Ya en la cámara, ha saludado a Javier Arenas, el único popular que ha ganado unas elecciones, y al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, entre otros. Este, por cierto, ya le ha puesto deberes: que desatasque una treintena de proyectos malagueños. También estaban entre los asistentes la exalcaldesa malagueña, Celia Villalobos, y la expresidenta del PP andaluz, Teófila Martínez. Por cierto, Moreno no ha pronunciado ni en una ocasión el nombre de su ciudad natal, sobrevolando así sobre las tensiones entre provincias.

"Lo que nos proponemos hoy es algo parecido a una Transición, y por eso hoy digo, como Adolfo Suárez en aquellos años trascendentales de la Historia de España: no puedo asegurar soluciones inmediatas a todos los problemas ni que de la noche a la mañana se satisfagan todas las reivindicaciones, incluso las de estricta justicia", ha precisado. Antes, ha tenido palabras de agradecimiento para la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz:"Es justo y necesario reconocer la labor suya y de su gobierno; más allá de aciertos y errores, se realizó con las mejores intenciones".

Violencia de género

Ha hablado, eso sí, de maltrato y de familia, dos de los temas más polémicos de su gobierno, después de que Vox pidiese la derogación de la ley andaluza de violencia de género y reclamara la existencia de una consejería exclusiva de familia. En relación a la violencia sobre la mujer, ha dicho: "Como presidente de la Junta de Andalucía, me comprometo a actuar con responsabilidad y a exigir esa misma responsabilidad a todos para sacar de la contienda política asuntos tan sensibles como la violencia de género". Así, ha definido al maltrato como una lacra social que debe ser erradicada, "y hacerlo sobre lo que ya tenemos, sumando, enriqueciendo y mejorando las leyes", ha destacado. "Sin cuestionar lo que ha funcionado y funciona, pero corrigiendo lo que no. Haciendo, en suma, que todas las víctimas estén protegidas", ha precisado, en un claro guiño a Vox al obviar aquí el género de las víctimas. Esta mañana, de hecho, numerosas asociaciones feministas se han manifestado ante el Parlamento andaluz por la deriva del aún ignoto Gobierno andaluz.

En materia de Familia, anunció una ley específica, con atención especial a las numerosas y monoparentales, y también habló de "impulsar un cambio cultural por el que se eduque a niños y niñas, desde edades tempranas, en los mismos valores de igualdad que defiende la Constitución".

Antes ha legitimado los resultados electorales, "el pueblo andaluz ha votado el cambio y nosotros estamos obligados a cumplir ese mandato" y ha recordado que los sufragios obliga a los partidos y parlamentarios "a entendernos, a hablar entre todos", para recordar que ello debe hacerse "sin cordones sanitarios". Ha defendido sus acuerdos con Cs y Vox para darle estabilidad al Gobierno y aspira a ser "un presidente reformista".

Furgón de cola

El que mañana será el séptimo presidente de la Junta ha hablado durante una hora y media corta y lo ha preparado en Doñana durante unos días de retiro. Durante su intervención, en la que se ha emocionado varias veces, ha defendido que la alternancia es positiva y ha recordado que ese será el revulsivo para lograr que Andalucía salga del furgón de cola. "Muchas veces he advertido de que Andalucía no crece al ritmo necesario para alcanzar la convergencia con la media de España en los parámetros de progreso y bienestar", ha dicho, algo que ha achacado al Gobierno de Díaz, que "ha intentado dormir a Andalucía". "El triunfalismo, el acomodamiento y el conformismo de la clase dirigente han resultado paralizantes para nuestra tierra", ha declarado, para atacar a quienes intentan desestabilizar al Gobierno fomentando la crispación y la división. Ha recibido en torno a una veintena de aplausos, pese a su tono tranquilo, en consonancia con un discurso pensado para legitimar su Gobierno y pedir tranquilidad y confianza a los andaluces.

Sostener a Pedro Sánchez

Entre sus objetivos, está la defensa de la unidad de España, defendiendo la idiosincrasia andaluza. "Me pondré al frente de la defensa de los intereses de los andaluces en una España unida, sólida y solidaria"", ha precisado, pero, eso sí, la región se opondrá a los privilegios a favor de otros territorios "a cambio de apoyos para sostener a un presidente del Gobierno".

Entre las medidas anunciadas de mayor calado se encuentran la limitación a ocho años de los mandatos de consejeros y presidentes de la Junta, una auditoría integran de la Administración autonómica y de su sector público, una Ley de Protección de los Denunciantes del Fraude y la Corrupción, así como la supresión del Consejo Consultivo, una reforma de la Cámara andaluza de Cuentas, cuyos informes serán de obligado cumplimiento y un decreto-ley para eliminar todos los entes que se consideren innecesarios de la llamada administración paralela, atacando las "redes clientelares" socialistas.

Ha hablado de mejoras en el control de subvenciones y de mayor transparencia en el Ejecutivo andaluz, creando un cuerpo superior de interventores, una Ley de la Función Pública que siente las bases de una administración moderna y eficaz, se restringirá la libre designación y recuperará todos los derechos perdidos por los empleados públicos andaluces.

También impulsará la Ley Electoral Andaluza con una mejora de la proporcionalidad y establecerá el carácter obligatorio de los debates.

Una de sus prioridades será el empleo, ha explicado, después de que, a lo largo de casi cuatro décadas, "se haya gobernado como si el desempleo fuese una realidad intrínseca a la realidad social andaluza". Hablará con sindicatos, empresarios y profesionales, y eliminará de manera inmediata el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, además de reducir el tramo autonómico del IRPF, además de hablar de ayudas a autónomos y reformas en la administración como el silencio positivo o el pago a proveedores.

Ha propuesto que Andalucía lidere el mercado turístico nacional, "donde tenemos margen de mejora" y ha recordado su intención de llevar a cabo un Plan Estratégico de Competitividad para el campo. En materia sanitaria, ha mostrado su interés en "despolitizar" el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y por acabar con la subasta de medicamentos. Mientras que, para educación, ha hablado un gran Plan Andaluz de Refuerzo Educativo, así como iniciativas en Formación Profesional y el bilingüismo.

Garrido Moraga

En el discurso, además de prometer una Ley sobre el Flamenco, ha tenido palabras de recuerdo para el exconcejal de Cultura de Málaga Antonio Garrido Moraga, fallecido hace un año, y su interés por potenciar la cultura popular andaluza, así como un sentido recuerdo a los andaluces asesinados por ETA como el fiscal Luis Portero, el doctor Muñoz Cariñanos, el exconcejal malagueño José María Martín Carpena, así como Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García. Ha iniciado su intervención con unas palabras de ánimo a la familia del pequeño Julen, el niño de dos años atrapado en un pozo en Totalán.