No solo la amistad personal entre Elías Bendodo y Juanma Moreno invita a pensar que el primero será los ojos y oídos del nuevo presidente de la Junta. Ya en su primer día como consejero de Presidencia, recién jurado el cargo, dio buenas muestras de que será una pieza importante para mantener los equilibrios en el Gobierno de coalición entre el PP y Ciudadanos. Sobre todo, teniendo en cuenta que el Ejecutivo ejercerá en minoría y necesitará del apoyo constante de los doce parlamentarios de Vox. Y con la dificultad añadida de que la formación naranja rehuye de cualquier vinculación con la formación de extrema derecha que encabeza en el Parlamento Francisco Serrano. Para tranquilizar a todos los actores implicados, Bendodo prometió ayer que el nuevo Gobierno cumplirá tanto los 90 acuerdos que ha pactado con los naranjas para esta legislatura como los puntos firmados con Vox y que sirvieron para desbloquear la investidura de Moreno. Bendodo afirmó ayer que lo acordado se cumplirá «a rajatabla».

El nuevo consejero, con experiencia en sondear los estados de ánimo en otros partidos, como ha demostrado sobradamente estando al frente de la Diputación de Málaga, se enfrenta a una tarea que le exigirá mucha mano izquierda para trazar los puentes necesarios que permitan una acción de gobierno sin sobresaltos. Hasta ahora, la investidura de Moreno se ha cuadrado como un puzle, pero, una vez despejada la euforia y la voluntad de remar juntos para desalojar del poder a Susana Díaz, vienen las curvas.

Una primera muestra de las dificultades a las que se enfrenta el nuevo Gobierno la dio ayer Vox. Ni 100 días de cortesía ni tampoco 24 horas. La formación de extrema derecha ratificó que estará sedienta por seguir cosechando titulares y protagonismo, y mientras que los consejeros estaban jurando sus cargos, puso sobre la mesa la exigencia de que el Ejecutivo PP-Cs colabore cuanto antes para la «repatriación de 52.000 inmigrantes ilegales». Esa cifra mágica para la que Vox se ha basado en unos informes dudosos de algunos sindicatos policiales minoritarios, y que estarían relacionados con las fichas que se le hacen a los inmigrantes cuando reciben atención sanitaria en el SAS. Los médicos andaluces ya han dado su negativa a revelar la identidad de los inmigrantes en situación irregular a los que han atendido.

«Todo por su orden vamos a ir abordándolo. Tenemos una hoja de ruta marcada y transparente, firmada con luz y taquígrafos, con 21 medidas para los cien primeros días y 90 medidas en la hoja ruta del gobierno del cambio con Ciudadanos y un documento de investidura entre PP y Vox que también vamos a cumplir a rajatabla», precisó a preguntas de los medios de comunicación, aunque sin entrar al detalle de cómo va a gestionar la primera exigencia de Vox, que no ha tardado en llegar.

Más fácil será para Bendodo lidiar con Ciudadanos. Cuenta con una experiencia previa en la última legislatura que ha presidido la Diputación de Málaga gracias a un acuerdo de investidura con la formación naranja. En los últimos cuatro años, el equipo de gobierno popular también ha podido contar con Ciudadanos para sacar adelante los presupuestos en la institución provincial. Además, Bendodo y el vicepresidente Juan Marín se conocen ya de sobra y existe una buena relación entre ellos. Entre los parlamentarios naranjas también hay otra cara conocida para Bendodo. Es la malagueña Teresa Pardo, con quien el ahora consejero ha coincidido en estos últimos años en la Diputación.

Al margen de estas consideraciones, Bendodo repitió el mismo mensaje que ya había lanzado Moreno y apeló a la unidad entre los consejeros. Resaltó que existe un único Gobierno que ejercerá «como un único equipo».