Este lunes, el nuevo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, dio a conocer los nombres de las personas que formarán su equipo. Al mismo tiempo que Moreno estaba compareciendo en rueda de prensa, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se reunió con los consejeros naranjas para un encuentro que solo iba dirigido a los suyos. Apenas unos metros de distancia, la que separa el salón de usos múltiples del Parlamento de las oficinas que tiene el grupo parlamentario que encabeza Juan Marín en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, fueron la primera grieta para la construcción mediática del primer Gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos, que quiere funcionar como una sola lanza y no como dos. En casi todas las comparecencias ofrecidas hasta ahora por Moreno, el popular ha hecho énfasis en explicar que no habrá ninguna bicefalia en su Ejecutivo. El encuentro de Rivera con los consejeros naranjas no fue discreto ni quiso serlo. El PSOE tardó apenas unas horas para convertirlo en dinamita política. Susana Díaz, en su nuevo rol de líder de la oposición, aprovechó su comparecencia previa al comité director de su partido en Antequera y dijo rápidamente que el encuentro de Rivera con sus consejeros no era más que un signo evidente de que el nuevo Gobierno andaluz nace dividido en dos. Moreno no quiere saber nada de esto y aprovechó la toma de posesión de sus consejeros en el día de ayer para resaltar que habrá una unidad de acción plena y no dudó en colectivizar el cambio político entre los integrantes del nuevo Gobierno que, según aseguró, en lo que compete a los puestos del PP, ha fraguado con total libertad y sin injerencias partidistas.

Pasadas las 11.15 horas, los once consejeros fueron desfilando uno por uno para jurar su cargo en el Salón de los Espejos del Parlamento andaluz. Entre ellos, los representantes malagueños Elías Bendodo (PP) y Javier Imbroda (Ciudadanos). El primero ratificó su posición como nuevo hombre fuerte de Moreno. Las imágenes en política no dejan lugar a las casualidades y siempre están muy cuidadas. Además de prometer su nuevo cargo como consejero de la Presidencia, Administraciones Públicas e Interior, figuró durante el acto al lado del propio Moreno y del número dos del Gobierno andaluz, el vicepresidente, Juan Marín. En la foto de familia posterior que se hizo luego el flamante Ejecutivo a las puertas del Parlamento, Bendodo apareció justo al lado de Moreno, flanqueando al presidente por su lado izquierdo. Por el lado derecho, quedó inmortalizado Marín. Bendodo es pragmático y tiene experiencia en negociar con Ciudadanos, como ha demostrado en la Diputación, donde ha gobernado sin problemas gracias al apoyo a la formación. Aunque es verdad que nunca se lo han puesto muy difícil en lo que va de legislatura ni le han apretado las tuercas en exceso. Fuentes consultadas afirman que será el enlace de Moreno con Ciudadanos en el día a día.

El otro malagueño que tomó ayer posesión de su cargo fue Imbroda. Quien fuera entrenador del Unicaja Baloncesto, estará al frente de la Consejería de Educación y Deporte. Imbroda, recién llegado a Cs, mantendrá por ahora su estatus como independiente. Algo que no le ha impedido ratificar esta entrada fulgurante en su nueva faceta como político. En mayo del año pasado, su vida iba encaminada por otras vías. Optó a la presidencia de la ACB y, al no obtener la mayoría suficiente para ser investido, se retiró de la carrera para liderar el baloncesto nacional. Poco después, se dejó seducir por Rivera para formar parte del proyecto de Ciudadanos y lideró la candidatura por Málaga en las elecciones del pasado 2D.

Para cuidar la proyección de su nuevo Gobierno, Moreno intensificó ayer su mensaje hacia la unidad de acción. «La pelota empieza a rodar a partir de hoy, tenemos un equipo de primera», tiró de símil futbolístico para ensalzar a su nuevo equipo. Según Moreno, representan a un «equipo solvente» que parte con el objetivo de «hacer realidad una esperanza colectiva anhelada por los andaluces». Que no sería otra que dar un relevo a las políticas impulsadas en las últimas décadas de gobiernos socialistas.