«Pasito a pasito, suave suavecito». El estribillo machacón de uno de los grandes éxitos del perreo sirve a la perfección para resumir la manera en la que está afrontando Elías Bendodo la ristra de nombramientos que tiene que acometer para completar el relevo político dentro del mareante organigrama de la Junta de Andalucía. El flamante consejero de la Presidencia se ha abonado al mutismo ante una serie de decisiones trascendentes que tendrá que tomar en el corto plazo. Según el día en el que se le pregunte, introduce alguna variación en la respuesta, pero nunca abandona su idea de partida: presentar a los elegidos en tiempo y forma, sin que se hayan producido filtraciones previas. Una actitud que está poniendo de los nervios a gente dentro del PP que está deseando que le suene el móvil con la llamada mágica para hacer las maletas y acompañar a Bendodo a Sevilla. «Aquí no sabemos nada. Nada es nada». Así resume un cargo del PP malagueño el sentimiento generalizado que se respira tanto en los pasillos de la Diputación como en la sede del partido en la avenida de Andalucía.

En ese guión de nombramientos previstos, Bendodo tendrá que elegir a su futuro viceconsejero. Una decisión que solo le compete a él. Después, tocará elegir a las personas que se pongan al frente de las delegaciones provinciales y hay que seleccionar al nuevo delegado del Gobierno de la Junta en Málaga. Es lógico que Bendodo también quiera hacer valer su peso y colocar a personas que sean de su confianza. Más ahora, que acaba de asumir una de las consejerías con mayor volumen de trabajo dentro del Gobierno andaluz, que le obligará a viajar por las ocho provincias. Bendodo, cabe recordar, mantendrá su cargo como presidente del PP de Málaga. Su liderazgo orgánico se ha fortalecido con el PP en la Junta, aunque es consciente de que el huerto hay que regarlo a diario y no estará para pruebas arriesgadas. Fuentes consultadas por este periódico insisten en el nombre de Patricia Navarro, actual secretaria general del partido en Málaga. Navarro, que fue de cuatro en las listas del 2D, tendría que dejar su escaño en el Parlamento para volver a la capital, desde donde podría ejercer de lugarteniente y controlar el partido. Le sustituiría en el Parlamento el número cinco de la lista, José Ramón Carmona, del PP de Antequera. Alguien a quien se quiere dar más notoriedad dentro del partido. Por la tarde, se supo que Juan Jesús Bernal es el elegido para ocupar el asiento que quedaba vacante con la salida de Bendodo en la Diputación.

El nuevo consejero volvió ayer a Málaga para despedirse de los trabajadores de la Diputación y escenificar el relevo al frente de la presidencia, que será ocupada por el hasta ahora vicepresidente, Francisco Salado. Acudieron todos los diputados que conforman el equipo de gobierno popular. Entre bambalinas, el nuevo consejero admitió que lleva varios días emocionado y que las despedidas siempre son más duras de lo que uno espera. Una imagen que contrasta con la del político veterano y curtido que proyecta de puertas para fuera. Las entradas y salidas en lo que ya es su antiguo despacho fueron frenéticas. Fue un adiós lleno de amor, en el que no faltó el fotógrafo propio para inmortalizar los últimos pasos en lo que ha sido el lugar de trabajo habitual de Bendodo en los últimos ocho años.

En la comparecencia previa ante los medios, Bendodo admitió que sus asesores le habían preparado un discurso para trazar un balance triunfal de su paso por la Diputación, pero que había tomado la decisión de prescindir de él. «Que juzguen los demás», aseguró, limitándose a valorar que deja la institución «un poquito mejor de lo que estaba hace ocho años». «Toca cerrar una etapa. No me voy, Andalucía es muy grande y Málaga seguirá siendo una prioridad, seguiré trabajando por Málaga», declaró sobre su nuevo reto. Preguntado de nuevo por su futuro viceconsejero, Bendodo volvió a abrazar el mutismo: «Para hacer las cosas bien, a veces es necesario el hermetismo y la discreción. El primero en enterarse será el futuro viceconsejero». «Hay que ir uno a uno», añadió. Tampoco desveló si está buscando dentro o fuera del partido. Aunque sí dejó claro que no va a ser nadie que venga de la propia Diputación. Esta actitud contrasta con la que ha venido ofreciendo hasta el momento Ciudadanos. Además de adelantar el nombre de sus consejeros, el partido naranja facilitó el martes la relación completa de elegidos para ejercer labores de asesoramiento y de atención a los medios. Lo único que se sabe con certeza es que la hasta ahora directora general de la oficina de comunicación de la Diputación, Marta Olea, acompañará a Bendodo en Sevilla y ejercerá como su responsable de prensa.