Los narcos del Estrecho usan potentes narcolanchas que alcanzan hasta 120 kilómetros por hora, más rápidas que las embarcaciones de las Fuerzas de Seguridad. Son imágenes del último transporte de alijo en el Estrecho. Lo controlan todo, hasta el abastecimiento de combustible. Otra lancha, que da cobertura a la que transporta el cargamento, repone el combustible en alta mar. De esta forma garantizan el éxito de las operaciones.