Miles de agricultores de toda Andalucía (con unos 500 procedentes de la provincia de Málaga) se manifestaron ayer en Sevilla para exigir unos «precios justos» del aceite de oliva y combatir las prácticas de los «especuladores e intermediarios» del mercado, que le suponen al sector la pérdida de alrededor de 1.500 millones de euros en la región, según afirmaron las asociaciones agrarias convocantes COAG y UPA, que cifran en más de 90 millones el impacto en la provincia de Málaga.

A su juicio, los especuladores se aprovechan de que el sector olivarero andaluz está muy atomizado para imponer bajos precios a los agricultores y así quedarse ellos luego con una mayor ganancia. Tanto COAG como UPA reclamaron al Gobierno andaluz «apoyo para la concentración de la oferta» con el objetivo de estar «en igualdad de condiciones con la distribución y la industria».

«Hay que abortar de forma urgente la maniobra de especulación clara con el aceite de oliva por parte de la industria, las envasadoras y la distribución», explicaron el secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, y su homólogo de UPA, Miguel Cobos.

Los agricultores anunciaron que mantendrán las movilizaciones en Andalucía, donde se concentra el 82 % del sector en España, en Madrid (donde harán una gran concentración en septiembre) y en Bruselas hasta lograr que los olivareros cobren por encima de los costes de producción. Los productores perciben actualmente dos euros por kilo mientras que el consumidor final termina pagando entre tres y cuatro en España (y más de cinco en el caso de Italia).

Los manifestantes alegaron que con ese precio en origen no hay rentabilidad para las explotaciones y se pone en peligro su futuro, sobre todo en el caso del olivar tradicional, que representa un 80% del total de este cultivo en Andalucía y un 85% en el caso de Málaga. Los olivareros quieren así que el precio en origen sea al menos de tres euros el kilo, tal y como ocurría el pasado año.

Los responsables de UPA y COAG en Málaga, Francisco Moscoso y Antonio Sánchez respectivamente, explicaron ayer a este periódico que el olivar tradicional «no aguantará» con los actuales precios de mercado, por lo que de seguir así sólo quedará futuro para el cultivo de tipo intensivo, mucho menos presente en Andalucía.

Moscoso reclamó al Gobierno y a la interprofesional del aceite (que reúne a empresas y sindicatos del sector), que suba el actual precio mínimo de mercado del aceite virgen extra (1,70 euros) a los 2,40 euros para asegurar la rentabilidad.

En realidad, el sector afirma que los costes de producción se cubren a partir de los 2,70 euros el kilo. Sánchez recordó que el olivar malagueño, con 140.000 hectáreas de cultivo, llega a generar unas 90.000 toneladas anuales, más de 250 millones de facturación y 1,5 millones de jornales al año.

La marcha, a la que no se sumó la patronal agraria Asaja, pasó por la sede del Gobierno andaluz, a quien reclamaron «controles» para garantizar la trazabilidad del aceite, y por la Delegación del Gobierno en Andalucía. Con la presencia de políticos de Adelante Andalucía, PSOE y Ciudadanos y alcaldes de numerosas localidades, los manifestantes portaron pancartas con lemas como «Mucho sacrificio, poco beneficio».

Los olivareros reclamaron la mejora de la Ley de Cadena Alimentaria, que la UE permita algunas excepciones en materia de competencia y la creación de una agencia que certifique la calidad y pureza del producto. También solicitaron el incremento de los precios para el almacenamiento y la activación de mecanismos de autorregulación, y subrayaron que el olivar tradicional crea empleo y fija la población.

El portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, aseguró que la Junta va a «ponerse del lado» de los agricultores y va a ser «un aliado» para reclamar la mejor solución posible ante el problema por los bajos precios del aceite de oliva. Bendodo, destacó que el olivar es una industria «absolutamente estratégica» para Andalucía.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, defendió que los productores merecen una retribución «justa» por su trabajo y su producto, si bien reclamó «medidas de fondo» para evitar crisis de precios como la actual.

Planas dijo que han coincidido unas «circunstancias muy particulares en la formación de precios». Así, mientras que en España la producción de aceite ha crecido hasta los 1,78 millones de toneladas, en otros países competidores (como Italia o Grecia) los volúmenes han bajado.