Una comisión técnica integrada por la Junta de Andalucía y las universidades públicas se encargará de seguir, analizar y evaluar la evolución y el impacto de la pandemia en las aulas, según informó la Administración autonómica en un comunicado. Esta propuesta la hizo este miércoles el consejero Rogelio Velasco a los rectores de las diez universidades públicas andaluzas en la reunión para abordar el inicio del curso académico 2020/2021 en la educación superior y en la que han ratificado que las clases arrancarán con la modalidad presencial y la Junta ha ofrecido la realización de estudios serológicos al profesorado y al Personal de Administración y Servicios (PAS). Durante esta sesión de trabajo, en la que participaron también la viceconsejera de Salud y Familias, Catalina García, y el director de la Dirección de Evaluación y Acreditación (DEVA), Sebastián Chávez, se acordó recomendar a la comunidad universitaria la descarga masiva de la app 'RadarCovid' para mejorar la detección de contagios y su trazabilidad.

Velasco puso de manifiesto que el nuevo órgano de seguimiento «permitirá una mayor coordinación del sistema universitario público andaluz y establecerá los criterios de salud pública que justifiquen cualquier decisión académica en el caso de que se agraven las condiciones sanitarias» y estará formado por un representante de la Consejería de Economía, los delegados territoriales de Salud y Familias y por los responsables en Covid-19 designados por cada universidad andaluza.

El pasado junio se rubricó un acuerdo marco donde se recoge que el curso comenzará con una enseñanza mixta, dando preferencia a las clases presenciales, que se complementarán tanto con enseñanza online (sesiones síncronas) como con actividades formativas virtuales.

El titular de Economía insistió en que la prioridad es alcanzar «la máxima presencialidad posible en la docencia, incluidas las prácticas, garantizando la seguridad de toda la comunidad universitaria».

Las universidades andaluzas han trabajado durante el mes de agosto en trasladar esas medidas a sus protocolos, que están siendo remitidas al Ejecutivo autonómico para su validación, trámite que se completará de forma inminente y, una vez aprobados, cada universidad deberá hacer público dicho documento. En estos protocolos se recomienda, en general, mantener la ocupación máxima del 50 % en las aulas y, en los casos en que se supere ese aforo se plantean varias alternativas como turnos rotatorios de clases presenciales entre distintos subgrupos organizados alfabéticamente, permitiendo que el grupo que no esté presente pueda seguir la clase por videoconferencia.

En otros casos, se señala la posibilidad de utilizar «aulas espejo», en las que se retransmite la clase que se imparte presencialmente en otro espacio, con posibilidad de intervención de los estudiantes por medios telemáticos; o incluso, impartir clases magistrales online.

Para las prácticas, seminarios y talleres se optará por grupos reducidos de docencia presencial.

Además, en los protocolos se incluye la creación de un equipo CovidD-19 en cada centro, que tendrá contacto directo con los servicios sanitarios.