La segunda ola del coronavirus empieza a mostrar su cara más sombría en Andalucía, una comunidad que deja atrás ya cualquier señal de «contención».

Basta con analizar los indicadores de la situación epidemiológica y la capacidad asistencial de la región, que sitúan a Andalucía en una situación de riesgo «alto» o «muy alto», según el documento 'Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de Covid-19', aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Los hospitales andaluces mantienen actualmente cerca del 17% de sus camas ocupadas con contagiados, casi un 24% de ocupación en las camas de críticos, según la última actualización del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias sobre la situación del virus en España. A principios de septiembre, las camas empleadas con infectados alcanzaban el 6%, tal y como reflejaba la actualización 204, del 10 de septiembre. Atendiendo al nivel de transmisión del virus en la comunidad, la incidencia acumulada es de 545,33 casos por cada 100.000 habitantes, por encima de la media nacional, 521,07. Esto supone que la incidencia del virus tanto a nivel nacional como andaluz duplican la barrera a partir de la que Sanidad empieza a hablar de «transmisión descontrolada», 250 casos por cada 100.000 habitantes. A principios de septiembre, en Andalucía, la incidencia acumulada era de 128,9 casos.

Y en cuanto al grado de positividad global por semana de todas las pruebas realizadas, la región se acerca al 18%; el Centro Europeo para el Control de Enfermedades empieza a valorar un riesgo elevado de transmisión a partir de una positividad por encima de 4%.