Si divisa todo lo acontecido desde la noche del 2 de diciembre de 2018 hasta hoy, ¿cree que se han cumplido las expectativas de quienes han hecho posible el Gobierno del cambio?

En Andalucía había ganas de cambio. Los andaluces lo demostraron en las urnas. Creo que, dos años después, Andalucía está mejor. Desgraciadamente, antes en Andalucía se desayunaba todos los días con una noticia de corrupción socialista. En estos dos años, no ha habido ningún caso de corrupción. Se ha hablado en positivo de Andalucía. Se ha hablado de cambio, de mejora y de gestión. No de corrupción, como en el pasado. Se han puesto las bases de la Andalucía del futuro. Aparte de bajar impuestos, reducir trabas burocráticas y atraer inversiones, Andalucía ha empezado a liderar parámetros en los que siempre estaba en la cola: creación de empleo y de empresas, número de autónomos, exportaciones, inversiones nacionales y extranjeras... La pandemia lo ha frenado todo, pero íbamos muy bien y, cuando salgamos de esta crisis sanitaria, Andalucía volverá a liderar esos parámetros.

Algunos de sus compañeros de viaje en San Telmo han manifestado que a los andaluces les ha cambiado la vida estos últimos 24 meses, ¿lo suscribe?

Estoy convencido. De una Andalucía adormecida e intervenida por el socialismo hemos pasado a una Andalucía activa. Una Andalucía limpia en la que se habla de empleo, crecimiento o bajada de impuestos y no se habla de los escándalos del Gobierno.

¿Temió en algún momento, tras el choque en Madrid entre Pablo Casado y Santiago Abascal, que Vox no apoyase los presupuestos andaluces?

Mentiría si dijera que eso no ha tensionado la negociación. Como toda negociación, ha tenido sus altibajos. Pero Vox ha demostrado un compromiso con el cambio inquebrantable. Y eso se ha traducido en el apoyo a los presupuestos, no solo a este sino a los tres últimos presupuestos que se han aprobado en Andalucía. Eso significa responsabilidad.

Visto el desarrollo de la legislatura y sin perder de vista las encuestas, ¿está el PP condenado a entenderse con Vox para seguir gobernando Andalucía?

Nuestro aliado principal de gobierno es Ciudadanos. A día de hoy, todas las encuestas consolidan a las tres fuerzas del cambio. Y la suma de diputados entre las tres es mayor que la del 2 de diciembre de 2018. Susana Díaz ha pasado de no dar un duro por este Gobierno a tener un verdadero pánico a que salgan encuestas. Cada encuesta consolida más el cambio, incluso el Partido Popular ya gana las elecciones.

¿Qué le parece que Inés Arrimadas haya rechazado una coalición electoral en Andalucía entre PP y Cs horas después de contemplarla Juan Marín?

No ha sido así. Tanto Juan Marín como Juanma Moreno, Albert Rivera e Inés Arrimadas han dicho prácticamente lo mismo. PP y Cs son partidos distintos que se entienden bien. Nos llevamos bien pero vivimos en casas distintas. El PP es un partido con más de 40 años de historia y Cs es un partido con menos recorrido, cada uno tiene su espacio y su ideología. Es cierto que hay muchas más cosas que unen al PP y Cs que las que nos separan. Encima, a eso se le une una buena sintonía personal entre los consejeros del PP y los de Cs en el Gobierno de Andalucía. Eso no significa nada más que eso. Lo que hay sobre la mesa es una buena sintonía personal y política que se traduce en una estabilidad para el Gobierno. ¿Más allá de eso? Ahora mismo no se contempla. Eso es lo que han dicho todos. Unos con más palabras y otros con menos, pero al final ese es el resumen.

De vuelta a la política regional de bloques, ¿vincularía la colaboración del PSOE con la expulsión de Teresa Rodríguez

La jugada de la expulsión de los 11 diputados de Adelante Andalucía, del sector de Teresa Rodríguez, es una operación orquestada desde Ferraz entre Sánchez e Iglesias. Es una trampa para IU y Podemos. Si siguen estos designios, este grupo se convertirá en Andalucía en una corriente más del PSOE. Desgraciadamente, eso es así. Adelante Andalucía -Teresa Rodríguez y su grupo- era incómodo para el PSOE y para Susana Díaz. Y lo que han hecho es eliminarlo del mapa. Yo creo que es una trampa tendida por el PSOE en la que ha caído Adelante Andalucía.

Puestos a opinar, ¿le gustaría que Susana Díaz volviese a ser la candidata socialista o piensa que Ferraz no lo permitirá?

Nosotros tenemos que ser absolutamente respetuosos con los debates internos que hay en otros grupos. Ellos sabrán. La señora Díaz recibió un rechazo por parte de la ciudadanía andaluza el 2 de diciembre de 2018. Ellos son quienes tienen que hacer sus propias lecturas. Lo que sí puedo decir es que el tridente Susana Díaz, Rufián y Otegi puede ser letal para Andalucía. Ese tridente, en el que ella se ha basado para respaldar una subida de impuestos en Andalucía, puede ser letal. Que Susana Díaz avale la decisión del Gobierno de España en la que se aprueben unos presupuestos perjudiciales para Andalucía -en los que Rufián y Otegi exigen que se suban los impuestos en Andalucía- es lo último que esperábamos del socialismo andaluz.

En relación a los proyectos para la provincia de Málaga, ¿le ha pillado por sorpresa el recurso del Colegio de Arquitectos contra el macrohospital?

El macrohospital es un proyecto necesario e imparable. Vamos a respetar todos los procedimientos legales, evidentemente, pero no se va a frenar el proyecto del nuevo hospital para Málaga. Nuestro objetivo es que durante esta legislatura se puedan ver obras. Que empiecen las obras en los terrenos del Civil. Será un hospital muy tecnológico con más de 800 camas y que viene a cubrir el déficit hospitalario que hay en la ciudad. Superaremos todas las trabas burocráticas. Es una prioridad y un proyecto que no se puede parar. Lo necesita la ciudad de Málaga. Esperamos que esta legislatura puedan arrancar las obras del nuevo hospital.

¿Cuándo podrían empezar a sentir los malagueños como una realidad palpable un nuevo hospital al que llegue la ampliación soterrada del metro?

En los presupuestos de 2021, ya propasado el primer trámite de enmienda a la totalidad, hay partidas para el metro soterrado hasta el Hospital Civil. El compromiso del presidente Juanma Moreno fue que, si gobernábamos en Andalucía, el metro llegaría hasta allí soterrado junto al nuevo hospital y no en superficie como planteó el Gobierno socialista. Ya hay partidas y nosotros esperamos tener muy avanzado el proyecto del metro esta legislatura y poder licitarlo, así como tener empezadas las obras del hospital. Son dos obras faraónicas y, por tanto, hay que impulsarlas.

¿Se encuentran las relaciones entre la Junta y el Gobierno central en su punto más agrio tras nueve meses de pandemia?

No, no. Hay una relación correcta e institucional. Nos gustaría que la transparencia y la fluidez en la transmisión de la información que tiene la Junta de Andalucía con el Gobierno de España, a través de la Delegación del Gobierno, fuera recíproca. Es decir, nosotros informamos puntualmente de todos los temas de la pandemia a la Delegación del Gobierno en Andalucía y nos gustaría que, por ejemplo, en los temas de inmigración esta Delegación fuera igual de transparente y la información fluyera igual que la de la Junta de Andalucía.

¿Le resulta cansino ese bucle en el que el PSOE acusa al PP de aceptar el apoyo de la ultraderecha y, viceversa, ustedes le afean el guiño a los independentistas?

El PSOE sabrá adónde le lleva la estrategia de llamar ultraderecha a Vox. Yo no llamo ultraizquierda a Podemos. A mí me preocupa más la ultraizquierda de Podemos que lo que ellos llaman la ultraderecha de Vox. La ideología de Vox representa un respeto a la democracia, aunque la izquierda diga que no. Podemos rompe las reglas del juego permanentemente. Esa es la realidad. Nosotros podríamos hablar de izquierda limpia y de izquierda menos limpia. Porque la izquierda limpia, a lo mejor, es la que representa Adelante Andalucía. La izquierda no limpia es la que los jueces han dicho que cerca de 700 millones de euros fueron defraudados por los ERE en los gobiernos socialistas. Podríamos hacerlo. Esto de ponerles etiqueta a los partidos políticos y a los grupos es una estrategia que no le está funcionando bien al PSOE. Ese es uno de los motivos por los que está en la oposición.

Se acercan fechas muy señaladas, ¿cómo será la Navidad que vivirán los andaluces?

Necesariamente distinta a las de los últimos años. Estamos todavía luchando contra una pandemia. En esta segunda ola, la tasa de mortalidad es muy superior a la de la primera ola. Hay más contagios y hay más muertos. Nos preocupa mucho esta segunda ola. La presión hospitalaria está bajando, eso es cierto. Pero si no nos tomamos en serio la Navidad -desde el punto de vista de que hay que restringir al máximo posible las aglomeraciones y agrupaciones de personas- habrá una tercera ola preocupante y que al Sistema Andaluz de Salud le costará trabajo soportar.

¿Cómo se podría evitar que los andaluces, como media España hace ahora mismo, sigan buscando en el diccionario el significado de allegados?

Hay que hilar más fino. Estos son temas muy serios. Estamos hablando de que hay que limitar la movilidad y que este año todos debemos entender que tienen que ser unas navidades distintas. Andalucía hilará más fino y dirá exactamente, la semana que viene, cuáles son las limitaciones respecto a la Navidad. El Gobierno ha dejado el término muy abierto y muy amplio. Durante toda la pandemia, el Gobierno de España ha acertado cada vez que ha rectificado. Ahora tiene una oportunidad más para rectificar y delimitar qué es el término allegados y las personas que pueden reunirse para estas fiestas.

Usted, como portavoz de la Junta, ha apelado a la responsabilidad de los gobernantes para evitar aglomeraciones, aunque el alcalde de Málaga insiste en que no hay fundamentos para criticar el alumbrado de la calle Larios

Los gobernantes tenemos que estar a la altura de los ciudadanos. Y los andaluces han estado a la altura. Por poner un ejemplo, cuando el presidente Juanma Moreno anunció las medidas el 9 de noviembre había 3.400 andaluces en los hospitales y hoy hay 1.500 gracias a la responsabilidad. Los gobernantes debemos evitar cualquier tipo de convocatoria o acto que suponga la aglomeración de personas. Llámese luces de la calle Larios o un mercadillo. Me da igual. Si hay que vallar la calle Larios o apagar las luces para que no haya aglomeraciones, que el Ayuntamiento decida. Lo que no podemos permitir, desde el punto de vista de salud pública, es que se produzcan aglomeraciones por una decisión que ha tomado un ayuntamiento. Eso es lo que yo quiero que se analice con la misma responsabilidad que están teniendo todos los andaluces.