El PP saluda con ambigüedad al nuevo PSOE andaluz

Desde el pasado domingo por la noche, existe un nuevo PSOE andaluz que no solo ha sido reconocido por algunos de los exponentes más recalcitrantes del ‘susanismo’. En la ‘competencia’ también se han dado por aludidos. Sin ir más lejos, el PP le ha concedido la bienvenida a Juan Espadas con cierta ambigüedad. Sus dirigentes lo han saludado, a su llegada al ruedo político regional, con un cóctel en el que conviven los guiños y los ataques. O sea, la visible moderación de Juanma Moreno y los roles más agresivos de Elías Bendodo y Loles López, quien haciendo suyos los mítines de Susana Díaz se refirió a Espadas como «una sucursal de Pedro Sánchez».

No obstante, Bendodo optó por un término medio y -además de decir que el sanchismo se ha instalado en la región o de criticar su apoyo a los indultos- afirmó que «el PSOE-A tiene la oportunidad de convertirse en una herramienta útil y defender los intereses de Andalucía por encima de los del partido». «Si está dispuesto a llegar a acuerdos con el Ejecutivo autonómico, bienvenidos serán», incidió.

Juan Espadas gana el pulso de las primarias a Susana Díaz y será el candidato andaluz del PSOE

Precisamente, la frase en la que Bendodo señala al PSOE como posible ‘herramienta útil’ no ha sentado nada bien en el seno de Vox, que en las últimas semanas está aprovechando cualquier renuncio de los populares para reactivar sus amenazas y una ausencia de apoyo parlamentario que fuerce un adelanto electoral. Ayer mismo, su portavoz, Manuel Gavira, indicó que «Juanma Moreno deberá explicar a los andaluces por qué está intentando tender puentes con el PSOE, el partido que ha condenado a Andalucía a ser la última en todo». «Esperamos que el PSOE tarde muchísimo años en volver al poder», añadió Gavira antes de advertir que si la nueva Ley del Suelo no tiene la impronta de Vox, «el Gobierno de la Junta tendrá que buscarse nuevos apoyos con el PSOE y Adelante Andalucía».

El ambiente actual denota que el patio político regional anda tan revuelto que, hasta cuando parece imposible una mayor agitación, su ebullición continúa ‘in crescendo’. Para corroborarlo, basta con atisbar las dos reuniones de alto impacto para Andalucía que se asomarán a esta segunda mitad de la semana.

Por un lado, hoy mismo el Palacio de la Moncloa acogerá esa recepción de Pedro Sánchez a Juanma Moreno que tanto ha sido reclamada por el Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos en los últimos dos años. Será curiosa, cuando menos, la escena en la que Manuel Gavira le pregunte a Juanma Moreno -a su vuelta de Madrid- por la respuesta del presidente del Gobierno al mensaje de Vox con el que se pedía la dimisión inmediata de Sánchez.

Y, a otro nivel, en las proximidades del fin de semana se producirá la primera reunión oficial entre la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, y su sucesor ‘de facto’, el todavía alcalde de Sevilla, Juan Espadas. De este encuentro deberían salir las nuevas bases del grupo socialista en el Parlamento andaluz o, incluso, un presente sin bicefalias orgánicas en la sede regional de la hispalense calle de San Vicente. Con el aparato nacional de la calle Ferraz llevando a su última fase ‘el plan estratégico de presiones’ diseñado para liquidar a la expresidenta de la Junta, el gran dilema será la dimensión real o conflictiva que tendrá el ‘paso al lado’ que prometió la perdedora de las primarias en cuanto se tuvo noticia del desenlace de los comicios internos.

Según sostiene uno de los principales colaboradores de la trianera y -a priori- gran damnificado en la remodelación del grupo parlamentario, José Fiscal, la transición será «ordenada y sin ningún problema» y Susana Díaz no será «un obstáculo». «El compañero Juan Espadas es quien dirige la estrategia política del PSOE de Andalucía desde el domingo», enfatizó Fiscal refiriéndose a esa nueva realidad que empiezan a radiografíar el PP, Vox y las restantes fuerzas políticas.