Entrevista | Luis Blesa Presidente de la Asociación Española de Pediatría

«La Covid ha afectado a la infancia más a nivel psicológico que clínico»

Hasta ahora era presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría, puesto que transfiere para ocuparse del cargo de la entidad a nivel estatal donde representa a unos 12.000 especialistas en la salud de la infancia. Es, además, el primero que ejerce desde la Atención Primaria en 80 años. El experto pide «valorar muchas cosas» para la inmunización de los niños: «Debemos pensar si es ético vacunarlos mientras en el tercer mundo sigue sin haber dosis para los más vulnerables»

El nuevo presidente de la Asociación Española de Pediatría, Luis Blesa, en su consulta.  | JM LÓPEZ

El nuevo presidente de la Asociación Española de Pediatría, Luis Blesa, en su consulta. | JM LÓPEZ / Diego Aitor San José. Valencia

Diego Aitor San José

Si Luis Blesa tuviera un superpoder sería el de detener el tiempo o, por lo menos, alargarlo, doblarlo y adaptarlo a las agendas apretadas de la Atención Primaria. «Me faltan horas», dice en su consulta del Centro de Salud Serrería II bajo una bata en la que se pueden ver a Hulk, Thor o el Capitán América. Hasta la semana pasada era presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría, un cargo que deja en manos de su vicepresidenta, Eva Suárez, al dar el salto estatal tras ser elegido como presidente de la Asociación Española de Pediatría. El nombramiento tiene un hito: es el primero en 80 años de la entidad que ejerce en la Atención Primaria.

¿Por qué se ha tardado tanto en elegir a alguien de Atención Primaria para la presidencia?

Los pediatras entramos en la Atención Primaria en los años 80 y ya somos la mitad de los 12.000 asociados. Pero quizás por tradición y por más facilidad de darse a conocer siempre habían sido presidentes que trabajaban en hospitales o vinculados al mundo más académico. Lo lógico es que hubiera habido una alternancia, no porque haya confrontación ni nada parecido, pero era algo anacrónico que no estuviéramos nunca como cabeza visible. Ahora nos damos más a conocer y eso nos ha ayudado, sin embargo, uno de los grandes problemas que tenemos es que falta un relevo generacional de pediatras en Atención Primaria.

¿Por qué?

Por la propia situación de la Atención Primaria con un personal sobrecargado, con cupos sobredimensionados y cierto agotamiento los puestos de trabajo no son del todo atractivos. Si con el sistema MIR se forman pocos especialistas de Pediatría que tardan años en ejercer y además cuando salen tienen ofertas con mayor remuneración fuera de España o en el ámbito privado o de quedarse en el hospital haciendo cosas más reconocidas o gratificantes, para los puestos de centro de salud no hay suficientes. Y si no se toman medidas pronto, esta especialidad está en peligro.

¿Cómo le ha afectado a la Atención Primaria la Covid?

Estamos en una situación difícil. Llevamos bastantes años donde la Atención Primaria ha sido la más afectada por los recortes. Llevamos muchos años de falta de inversión en recursos humanos y tecnológicos y es ahora cuando más se ha visto.

¿Cómo ha afectado el virus a los más pequeños?

Lo que sabemos es que la Covid ha producido una menor afectación en niños en todos los puntos: se infectan menos, los casos graves son excepcionales, la mayoría son asintomáticos o con dolencias leves y además tenemos bastantes datos de que son menos transmisores que los adultos. Epidemiológicamente el papel de la infancia y adolescencia en la Covid es menor que otros tramos de edad, algo que ha facilitado mucho las cosas.

¿Qué balance hace del curso escolar?

Ha sido bueno. Hay que dar un premio a los niños porque han sido los que más han acatado las normas, se han acostumbrado, y tienen una mayor capacidad de resiliencia ante los cambios; se han adaptado y nos han dado un ejemplo de que se pueden hacer las cosas bien y el mejor ejemplo son las escuelas con gran implicación del personal docente.

Sin embargo, en septiembre había miedo a que fuera una bomba vírica.

Al principio había muchas precauciones y miedos porque en otros virus respiratorios más conocidos como la gripe, el niño se infecta igual, los casos son sintomáticos y además actúa de transmisor; lo cogen en las guarderías o colegios y lo llevan a casa. En el caso de la Covid, afortunadamente, no es así, de hecho, es al revés, se contagian de un adulto en casa y difícilmente lo transmiten a sus compañeros en clase, aunque ha habido casos.

¿Se podría hacer entonces una desescalada más rápida en las escuelas el próximo curso?

Se podría pensar, sobre todo, en un contexto en el que infancia y adolescencia tienen datos de menor incidencia, menor gravedad y menor transmisión; en ellos se podrían tomar medidas distintas. Lo que pasa es que es una epidemia global y de lo que se trata es evitar que puedan contagiar a otros familiares más vulnerables.

Y respecto a la vacunación, ¿es favorable?

Los niños y adolescentes, quizás estos en un paso intermedio, deberían ser siempre los últimos en vacunarse. Hay que priorizar a las personas mayores o con enfermedades crónicas que sean más vulnerables.

¿Y una vez estén vacunados todos los mayores de edad?

Una vez lo estén, nos lo podemos plantear si hay vacunas suficientes, si vacunar a adolescentes y niños. Si hay vacunas suficientes se podría considerar y ya se ha aprobado para menores de hasta 12 años. En principio eso es en adolescentes, en niños veremos más adelante porque hay que estudiarlo bien. Deberíamos pensar si es ético que se vacune a los niños del primer mundo, que se contagian menos, tienen pocos síntomas e infectan menos, cuando personas vulnerables del tercer mundo no tienen acceso a las vacunas. No es que esté en contra, sino que se tienen que valorar muchas cosas.

Decía que la afección por infección de Covid ha sido mínima, ¿pero y en la salud mental?

La afección clínica en la infancia ha sido escasa, pero muy importante a nivel psicológico y social. La pandemia ha afectado a todo el mundo, ¿cómo no les va a afectar a los niños? Aunque hayan tenido un comportamiento excelente eso no quiere decir que no hayan sufrido. Se han producido problemas de socialización y eso tiene una repercusión. Además, los problemas familiares a nivel laboral y económico acaban influyendo en la infancia.

¿Será a corto o a largo plazo?

Ocurre como con las catástrofes, se da el 150% durante un tiempo, y cuando acaba llega el bajón. Muchas veces las consecuencias psicológicas y sociales van a ser después, aunque ya estamos viendo problemas de alteración de la conducta como ansiedad o depresión.

¿Y a nivel físico la pandemia ha pasado factura?

Un problema que ya era importante y se ha incrementado es la obesidad infantil. Con la pandemia se ha obligado a cambiar, e incluso han desaparecido, muchos de los hábitos saludables; no se ha podido hacer deporte, han estado todo el día en casa y sin salir a socializarse, con lo que se ha favorecido el sedentarismo. Esperemos que ahora que se tienen que fomentar las actividades al aire libre esto cambie.