Pandemia

¿Sin mascarilla en las calles de Andalucía? Sí, pero no siempre

«En una semana, el Gobierno ha decidido la obligatoriedad de las mascarillas y ahora ha decidido levantar la obligatoriedad de uso en el exterior, decisiones en las que la comunidades autónomas hemos sido meras comparsas; somos respetuosos con la decisión que ha tomado el Gobierno, la acatamos y pedimos a los ciudadanos que sean prudentes», reiteró ayer sin ocultar cierta disconformidad el presidente Juanma Moreno. Aunque desde el jueves no serán obligatorias las mascarillas en exteriores, la Junta invita a «ser prudentes» y a que «se lleve en las aglomeraciones» con recelos a la medida del Gobierno

Un hombre descansa en un banco de la malagueña calle Larios con una parte de su mascarilla descolgada.

Un hombre descansa en un banco de la malagueña calle Larios con una parte de su mascarilla descolgada. / GREGORIO MARRERO

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Aunque el Gobierno de España eliminará nuevamente este jueves la obligatoriedad de llevar la mascarilla puesta por la calle, el apoyo de la Junta de Andalucía ha destilado los recelos ya expresados en verano, cuando se dio una situación similar. Ayer mismo y de forma más suave que en días pasados, el presidente andaluz, Juanma Moreno, les pidió a los ciudadanos que actúen «con prudencia porque tristemente la pandemia sigue entre nosotros» y recordó que, cuando exista la posibilidad de aglomeraciones en el exterior, hay que llevarla puesta.

«En una semana, el Gobierno ha decidido la obligatoriedad de las mascarillas y ahora ha decidido levantar la obligatoriedad de uso en el exterior, decisiones en las que la comunidades autónomas hemos sido meras comparsas; somos respetuosos con la decisión que ha tomado el Gobierno, la acatamos y pedimos a los ciudadanos que sean prudentes», reiteró sin ocultar su disconformidad el presidente Juanma Moreno, ayer tras la reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno celebrada en la localidad jiennense de Linares.

Tres días antes, tanto Moreno como el consejero de Salud, Jesús Aguirre, dejaron claro en cuanto tuvieron conocimiento del cambio de opinión del Ejecutivo nacional que acatarían la medida pero seguirían recomendado el uso del elemento protector en exteriores. Entonaron un «sí, pero mejor no» respecto a lo aprobado por el Ministerio de Sanidad. Sin ir más lejos, la gestión andaluza de la pandemia viene apostando por el uso de la mascarilla y el pasaporte Covid como herramientas que evitan la puesta en marcha de restricciones de más calado.

Al recomendar el pasado viernes que se siga usando la mascarilla en la calle, el Ejecutivo andaluz del PP y Ciudadanos no solo reincidía a la hora de transitar en la dirección contraria a la que marca una medida impulsada por el Gobierno central del PSOE y Unidas Podemos.

La postura de Juanma Moreno en este asunto ha contravenido, incluso, lo defendido en el Congreso de los Diputados por el presidente nacional de su partido, Pablo Casado, quien el pasado mes de diciembre ya se opuso al restablecimiento de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores pese a que comunidades gobernadas por el PP -como la propia Andalucía, Galicia y Castilla León- venían reclamándolo.

División de opiniones en el PP

Esta división de opiniones en la formación de centro-derecha ha planeado inevitablemente durante las últimas semanas, a nivel interno, sobre el grupo parlamentario popular de la madrileña Carrera de San Jerónimo. Quien sí coincidía en aquel momento con Casado y no se alineaba con lo defendido por el presidente andaluz es la homónima de Juanma Moreno en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Ahora, la mandamás madrileña celebra que se levante la obligatoriedad tras insistir durante los dos últimos meses en el sinsentido de llevar la mascarilla en los espacios exteriores en los que sí se puede mantener la distancia social.

No obstante, Díaz Ayuso ha criticado con especial énfasis el radical cambio de posicionamiento al que se ha entregado, prácticamente de un día para otro, el Gobierno del socialista Pedro Sánchez: «¿Por qué no dejan de marearnos a todos los españoles?», se ha preguntado Ayuso.

Tras ser acordada con las comunidades por Darias, la medida pasa hoy por el Consejo de Ministros y se publicará en el BOE para que entre en vigor el jueves

Entrada en vigor

Tras una reacción inicial con la que -la semana pasada al conocer la intención del Gobierno central- los presidentes autonómicos del PP criticaron la falta de previsión y que no habían sido consultados antes del anuncio, las comunidades fueron oficialmente sondeadas ayer para la aprobación de la medida por parte de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en el transcurso de una nueva reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España (CISNS).

La tramitación previa necesaria continuará hoy, ya que el Ministerio de Sanidad elevará al Consejo de Ministros el Real Decreto que hará posible la eliminación de la obligatoriedad del uso de las mascarillas en los espacios exteriores.

Igualmente, una vez que este miércoles el decreto sea publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), se despejará el camino de la burocracia pertinente y su entrada en vigor será una realidad este jueves 10 de febrero.

De este modo, se regresaría siete meses y medio después a la misma situación que se estrenó el sábado 26 de junio de 2021, cuando fue por primera vez posible tras la explosión de la pandemia salir a la calle sin tener en cuenta la restricción que obligaba al uso de la mascarilla.

En aquella ocasión, el levantamiento de la prohibición se prolongó durante los seis meses que transcurrieron desde los albores del verano hasta el día de Nochebuena, fecha en la que la expansión de la sexta ola obligó al Gobierno central a restituir la obligatoriedad de la mascarilla en los exteriores.

Desde entonces, la restricción solo ha estado vigente poco más de un mes y medio. Lo que sí estaría por ver es si la relajación de la medida ha retornado para quedarse gracias a un hipotético declive del coronavirus. O si, nuevamente, un recrudecimiento de la situación epidemiológica obligará a los ciudadanos a salir a la calle con su rostro tapado por ese elemento protector, que irrumpió de forma tan inesperada en sus vidas como la propia pandemia.