Política

El mandamiento de Juanma Moreno: ‘Negarás a Vox sobre todas las cosas’

La alianza de Mañueco con el partido de Abascal condicionará la precampaña andaluza hasta el punto de relegar a un segundo plano la cuestión sanitaria y de obligar al PP andaluz a fajarse para evitar la fuga de votos a su derecha

Juanma Moreno y el portavoz parlamentario de Vox, Manuel Gavira, en octubre durante la ronda de contactos por el presupuesto.

Juanma Moreno y el portavoz parlamentario de Vox, Manuel Gavira, en octubre durante la ronda de contactos por el presupuesto. / CRISTÓBAL G.MONTILLA. mÁLAGA

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

La tormenta política desatada por el pacto de Gobierno entre el PP y Vox en Castilla y León se hace sentir con especial fuerza en Andalucía. Antes de los comicios del ‘13-F’, el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, advirtió de lo trascendental que resultaría el desenlace electoral más allá de Despeñaperros. «Después, me toca a mí», aseguró en tiempos en los que se daba por seguro que en la primavera andaluza habría urnas. Luego, se diluyó el anticipo electoral y ahora no se descarta nada. La alianza de Alfonso Fernández Mañueco con el partido de Santiago Abascal condicionará la precampaña andaluza hasta el punto de relegar a un segundo plano a la cuestión sanitaria y de obligar al PP andaluz a fajarse para evitar la fuga de votos a su derecha. Esto implica que en el discurso del Ejecutivo autonómico esté prohibido cualquier atisbo de pacto con la derecha radical en el sur. El mandamiento de Juanma Moreno ante sus ‘discípulos’ está claro: ‘Negarás a Vox sobre todas las cosas’.

La consigna del PP

El manojillo de meses que le queda a la legislatura será el escenario en el que el Partido Popular y Vox planten un feroz campo de batalla, encaminado a retener el voto de derecha. Los niveles de enfrentamiento entre ambas formaciones seguirán ‘in crescendo’ a medida que se acerque el envite electoral y la irrupción de Macarena Olona, como candidata al trono político del hispalense Palacio de San Telmo, se torne omnipresente.

Mientras tanto, Juanma Moreno no esquivará el ‘cuerpo a cuerpo’ que el portavoz de Vox, Manuel Gavira, instalará en la sede parlamentaria del viejo Hospital de las Cinco Llagas. Quedó de manifiesto el pasado jueves, con la noticia del pacto castellano-leonés aún fresca. A partir de ahora, bajo la presión que capitanearán a sendas bandas el partido de Santiago Abascal y el PSOE, Moreno y sus consejeros negarán a Vox sobre todas las cosas.

Esa es la consigna a la que tiene previsto entregarse el PP andaluz con el único objetivo de ‘hacerse un Ayuso’ en las urnas sureñas. Aproximarse a la mayoría absoluto lo máximo posible es el único camino que evitaría un Gobierno de coalición con Vox, como el que acaba de echar a andar Alfonso Fernández Mañueco. Uno de los detalles que se tienen en cuenta en los mentideros de centro-derecha es que la presencia de Vox en el Ejecutivo de Castilla y León emula, en gran medida, el modelo andaluz que sostienen el Partido Popular y Ciudadanos: vicepresidencia del Gobierno, presidencia de la Cámara autonómica y tres consejeros más.

Ante el cariz que han adoptado últimamente los acontecimientos electorales, al PP andaluz y a Alberto Núñez Feijóo hasta les viene bien -de puertas para adentro- la certeza de que un Gobierno de coalición con Vox siempre tendrá más encaje en la tradicionalmente ‘conservadora’ Castilla y León que en la ‘izquierdosa’ Andalucía. Sin ir más lejos, la vitola de feudo socialista que lleva en su genética el sur español quedó de relieve, incluso, en los anteriores comicios andaluces. Pese al rosario de casos de corrupción que arrastraba el paso del PSOE por la Junta de Andalucía con otros presidentes, la candidatura de Susana Díaz logró ser tras una notable pérdida de electores la más votada el 2 de diciembre de 2018. En parte, de esta realidad está también hablando Juanma Moreno cuando reitera por activa y por pasiva que «Castilla y León es Castilla y León; y Andalucía es Andalucía».

El discurso del PSOE

 Al PSOE le ha llegado, al fin, el momento que venía esperando desde que, a principios de la legislatura, el Gobierno andaluz del PP y Ciudadanos tuvo que sustentarse sobre la tercera pata ‘envenenada’ que suponía el apoyo de Vox. Ahora que se agotan los cuatro años estipulados y tras los cambios de liderazgo producidos en todas las formaciones excepto en las que gobiernan, el ‘desconocido’ Espadas terminará de activar la maquinaria para erosionar al máximo a Juanma Moreno con su relación con Vox como arma arrojadiza.

Inicialmente, así estaba previsto en una estrategia socialista en la que a la crítica de la gestión sanitaria también se le asignó un peso importante. Y así será, aunque con ese plus del Gobierno de Castilla y León que ha llevado a Espadas y a su equipo a poner muchos más huevos en la cesta que denuncia el ‘blanqueo’ pionero de Vox en Andalucía.

Visto lo acontecido en los últimos días, Espadas terminará perdiendo la cuenta de las veces que preguntará a Moreno si gobernará «con la ultraderecha». El PSOE ha llegado incluso a afilar más su posicionamiento y a presentarse ante los andaluces como «la alternativa» o «el antídoto» frente a un posible Gobierno con Vox. Las expresiones ‘extrema derecha’ y ‘ultraderecha’ son empleadas indistintamente. Incluso, se recurre a etiquetas ‘guerracivilistas’ como la del ‘no pasarán’ o se tilda de ‘golpe de estado’ el ascenso orgánico de Feijóo.

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