Elecciones en Andalucía

A la caza del voto de Ciudadanos: todos los caminos conducen al centro

La caída casi absoluta del partido liberal provocará decisivas batallas en provincias como la de Málaga, dónde Ciudadanos tiene cuatro parlamentarios; o en las de Granada, Sevilla y Cádiz, en las que el proyecto de Juan Marín quedaría lejos de revalidar sus tres sillones actuales en la sede parlamentaria del antiguo hospital sevillano de las Cinco Llagas. Todas las formaciones pretenden nutrirse de la veintena de escaños que Cs se dejaría -según algunas encuestas- por el camino, y esta realidad ha condicionado desde la estrategia del PP hasta el mensaje ‘centrado’ del socialista Espadas

Recuento de votos en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018

Recuento de votos en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018 / EP

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

La caza de los votos de Ciudadanos, que enfrenta al resto de fuerzas con vistas a las elecciones andaluzas, recuerda -sin llegar a ser tan contundente- al declive del Partido Andalucista. Este espacio intermedio que deja huérfana a una veintena de escaños en algunas encuestas, pese a que la formación de Juan Marín ha pilotado casi la mitad del Gobierno del cambio, está condicionando las estrategias que afilan los partidos para seducir al electorado en los comicios del 19 de junio. A día de hoy, todos los caminos del abanico ideológico conducen a este voto centrista.  

La caída casi absoluta del partido liberal provocará decisivas batallas en provincias como la de Málaga, dónde Ciudadanos tiene cuatro parlamentarios; o en las de Granada, Sevilla y Cádiz, en las que el proyecto de Juan Marín quedaría lejos de revalidar sus tres sillones actuales en la sede parlamentaria del antiguo hospital sevillano de las Cinco Llagas.

 Buena parte de la encarnizada batalla del PP contra Vox pasa, precisamente, por el trasvase de sufragios que provocará la pérdida de ese importante porcentaje de sus 660.000 votos que los sondeos le vaticinan a Ciudadanos.

Esta realidad ha condicionado, en los últimos meses, la estrategia del PP hasta el punto de obligarlo a estudiar todos los escenarios que apuntan a una representación testimonial de su actual socio de Gobierno y a una subida desorbitada de Vox, que abocaría a Juanma Moreno a un pacto no deseado con la fuerza de Abascal.

Principalmente, el PP ha estado analizando las dos vías básicas que le llevarían a absorber, en gran medida, los apoyos cosechados por Ciudadanos en Andalucía en las elecciones autonómicas del 2 de diciembre de 2018.

Una de ellas pasaba por la confección de listas conjuntas entre ambas formaciones, aunque a día de hoy esta opción está prácticamente descartada en la esfera pública por los dos partidos que comparten el Gobierno andaluz. El propio Juanma Moreno hizo ver que, aunque la alianza para alargar la sintonía era su deseo, la aritmética electoral sería la que condicionaría la decisión.

El otro supuesto es el que, inicialmente, llevaría al PP a disputarle a todos los demás -especialmente a Vox y al PSOE- este voto con un discurso centrista y una campaña que convertiría a Juanma Moreno en la marca, por encima de la del propio partido.  

 El perfil moderado que explotará Juanma Moreno es la misma base de la que parte ‘a su manera’ el PSOE desde que Pedro Sánchez bendijo a Juan Espadas para derrocar a Susana Díaz. El propio espadas ha comenzado la precampaña con un llamamiento dirigido a los votantes desencantados de Ciudadanos «que quieran parar a la ultraderecha». «Sé que hay muchos votantes de centro que anteriormente votaron al PSOE, y creo que esos votantes de centro tienen que reflexionar sobre que su voto no quede en manos de un partido de ultraderecha», añadió.

Espadas orientó su mensaje a «ese votante de centro desencantado y decepcionado que no apoya al Gobierno del PP» y lo azuzó preguntándose si el 19 de junio «estará parando a la ultraderecha o se quedará en su casa». «Soy socialista, pero creo que soy de izquierda centrada, como me gusta decir», recalcó acuñando una expresión que dará que hablar.

Este anhelo ‘centrista’ se encuentra hasta en el frente amplio de izquierdas que están ultimando Izquierda Unida, Podemos, Más País, Verdes Equo y otras organizaciones de corte ecologista y andalucista, para concurrir bajo la marca ‘Por Andalucía’. 

El ala más moderada de este flanco lo representaría la formación ‘errejonista’ Más País, que en Andalucía tiene como líder a la profesora universitaria Esperanza Gómez. De hecho, esta política sevillana suele corregir a quienes encasillan a Más País como ‘fuerza situada a la izquierda del PSOE’ y la equipara con los socialistas como una fuerza progresista, que tampoco le haría ascos a los votantes de ‘centro-izquierda’ que captó Ciudadanos.   

Las múltiples maneras de acercarse al voto de centro también salpican a la nueva versión de la marca ‘Adelante Andalucía’ que ha puesto en liza Teresa Rodríguez. Al igual que Juanma Moreno y Juan Marín, la roteña es candidata por tercera vez consecutiva a la presidencia de la Junta de Andalucía. 

Y lo hace con la peculiaridad de que las tres veces ha concurrido con una formación política diferente. Tras presentarse en 2015 con Podemos ‘a secas’ y en 2018 con una confluencia de los morados e Izquierda Unida, ahora ha creado su propio partido y el mensaje -sin abandonar la izquierda- ha sido reenfocado hacia ese andalucismo sin matriz madrileña que representaba el Partido Andalucista (PA). 

De ahí que su propuesta abrigue cierta estrategia encaminada a atraer a esos votantes del Partido Andalucista que, ante la opción intermedia que representaba, terminaron dándole su papeleta a Cs.

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