Análisis político

Juanma Moreno alimenta su ‘delfinato’

No es baladí que Moreno haya señalado al que fue alcalde de Almería como su portavoz en el Gobierno andaluz. Siempre ha defendido que se siente próximo a él, se identifica en su estilo y en sus formas moderadas - Juanma Moreno prepara el banquillo tras la marcha de Elías Bendodo y Juan Bravo a Madrid

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. / MARÍA JOSÉ LÓPEZ/EUROPA PRESS

Isabel Morillo

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha designado portavoz para su Gobierno dos meses después de conformar su equipo. Era ya de las pocas plazas vacantes en su organigrama y durante semanas ha jugado al despiste, barajando tanto el nombre del finalmente elegido, el consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, como el de un independiente, comunicador o periodista, que pudiera recalar en su equipo para asumir esa tarea. «No os parezco yo buen portavoz», ha llegado a bromear Moreno ante las insistentes preguntas de los periodistas sobre por qué no nombraba portavoz, convencido de que él mismo comunica bien y tiene mucho tirón mediático. Protagonizó una comparecencia semanal durante la pandemia. Un dirigente socialista se quejaba días atrás de que Canal Sur «le dio un altavoz único para meterse en las casas y hacerse amigo de los andaluces». Se ha reservado los grandes anuncios de su Gobierno, logrando situar en primera línea del debate nacional asuntos impuestos por él en la agenda como las bajadas de impuestos. Eso no piensa cambiar. Al revés, dicen en su equipo. Pero Moreno necesita rostros con los que compartir foco y desgaste y también con los que compartir protagonismo.

No es baladí que Moreno haya señalado al que fue alcalde de Almería como su portavoz. Siempre ha defendido que se siente próximo a él, se identifica en su estilo y en sus formas moderadas. Ramón Fernández-Pacheco, que ya es portavoz del PP, hará la misma tarea en el Ejecutivo y el partido. Pasa con este nombramiento a formar parte de la terna de elegidos como posibles sucesores de Moreno. Ha sido señalado como su delfín. En un Ejecutivo sin banquillo, tras la marcha de Elías Bendodo y Juan Bravo, los hombres fuertes de su anterior gabinete a Génova, al líder andaluz le interesa alimentar perfiles que puedan encargarse, cuando toque, de su relevo en Andalucía. Alimentar el juego de equilibrios entre distintos referentes.

El presidente andaluz se cuida mucho de abrir su debate sucesorio. En una de sus últimos comparecencias públicas, en el desayuno en Madrid donde anunció la rebaja de impuestos, le volvieron a preguntar sobre si su compromiso de mantenerse solo ocho años en el puesto seguía vigente. Moreno antes de ser presidente abanderaba la limitación de mandatos en una comunidad donde el PSOE gobernó 37 años y hubo un presidente socialista, Manuel Chaves, que estuvo 19.

Ante esa pregunta recurrente de si este, de la mayoría absoluta, es su último mandato, el presidente andaluz ya tiene una respuesta aprendida en la que no dice ni que sí ni que no. Siempre recurre a la misma fórmula. Asegura que eso aún no está decidido. Que le gustaría ver crecer a sus hijos y vivir al margen de la política. Lo consultará dice con su familia, menciona a su mujer, y luego asegura que lo decidirá junto a su partido. Moreno deja la puerta entreabierta para quedarse o para irse. «No quiero estar toda la vida en esta responsabilidad, yo quiero vivir también», dijo hace algo más de una semana, recordando que llegó con tres hijos pequeños que ya no son tan pequeños. «Si digo eso mañana abro el melón de quien me va a suceder y hemos tirado todo por la ventana», admitió entre risas. Seguirá si su familia, los andaluces y sus compañeros de partido así lo deciden. O no. Quién sabe.

Suscríbete para seguir leyendo