Autonomía andaluza

El Parlamento andaluz cumple 40 años con un aviso para alejarse del ruido y la bronca de las Cortes

Moreno avisa de que "el espectáculo" de los últimos días aleja a los ciudadanos de la política y el presidente del Parlamento recuerda: "Estamos para solucionar problemas, no para generarlos"

Acto de conmemoración de los 40 años del Parlamento de Andalucía en el salón de los Tapices de los Reales Alcázares de Sevilla, que acogió el primer pleno en junio de 1982.

Acto de conmemoración de los 40 años del Parlamento de Andalucía en el salón de los Tapices de los Reales Alcázares de Sevilla, que acogió el primer pleno en junio de 1982.

Isabel Morillo

Andalucía se muestra convencida de que otra política es posible y con ese mensaje el Parlamento celebró este lunes su cuarenta aniversario en un pleno institucional que acogió, de forma conmemorativa, el salón de los tapices de los Reales Alcázares de Sevilla, escenario del primer pleno de la Cámara autonómica en junio de 1982. La palabra la tomó el actual presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre (PP), con un aldabonazo sobre la conciencia de los diputados allí reunidos: “Aquí venimos a solucionar problemas, no a generarlos”. Un Parlamento, reivindicó, “al servicio de los ciudadanos, que les simplifique y les mejore la vida”.

La palabra diálogo y acuerdo volvió a la primera línea días después de que en el Congreso, el ataque de Vox a la ministra Irene Montero, traspasando la línea del descalificativo político para entrar en su vida personal, haya abierto un debate sobre la violencia verbal y la degradación de las Cortes, ante la ausencia del decoro parlamentario. La semana pasada también en el Parlamento andaluz, el presidente ordenó retirar del Diario de Sesiones las expresiones de un diputado de Vox, al que frenó en el uso de la palabra, después de que hablara de “golfos socialistas”.

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, aprovechó el acto para insistir en los ciudadanos “piden a gritos” que los partidos políticos se unan, que trabajen juntos para buscar soluciones y busquen puntos de encuentro. “Creo que los espectáculos que hemos visto en distintos parlamentos y en las Cortes no anima, no ilusiona y no hace sentirnos orgullosos a los ciudadanos. Hay mucho más que nos une que lo que nos separa, tenemos que poner todos un granito de arena. Reclamo moderación y ponderación en el discurso”, reivindico Moreno. En la misma línea, el líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, se sumó a pedir que el Parlamento se aleje “del insulto” para conectar con “la Andalucía real”.

Día de reencuentros

354 leyes más tarde, con once presidentes que han estado al frente de la Cámara en sus doce legislaturas y una nómina de 783 diputados que han ocupado sus escaños, el Parlamento de Andalucía se ha consolidado como una institución clave de la autonomía andaluza. El pleno conmemorativo fue un día de reencuentros, de abrazos, de memoria y de anécdotas compartidas entre varias generaciones de políticos andaluces. El presidente de la Cámara llamó a sus señorías a no olvidar el duro camino, “lleno de impedimentos”, recorrido por los andaluces para conquistar una autonomía de primera y a “no perder esa ilusión”. “Andalucía debe aspirar a llevar el timón de la nación y a que se hable de ella por sus avances”, reclamó.

De Blas Infante, padre de la autonomía andaluza según el Preámbulo del Estatuto, el presidente del Parlamento saltó a Manuel Clavero Arévalo, “que ayudó a liberar el acceso a las autonomías y defendió en los años de Transición que Andalucía tuviera lo que le correspondía, que no fuese menos que ninguna otra región de España”. En ese momento, los exdiputados socialistas más veteranos, sentados en las últimas filas, se revolvieron en sus asientos. El PSOE está molesto porque acusa al PP de “querer rescribir la historia” para tapar que la derecha no estuvo en el principio de la autonomía andaluza. Censuran al actual Gobierno del PP, que Moreno defiende como andalucista, de dotar al exministro de la UCD Clavero Arévalo de un protagonismo que “realmente no tuvo”. Por eso cuando el presidente del Parlamento mencionó, de pasada, al primer presidente de la Junta, el socialista Rafael Escuredo, ausente del acto y a quien el PSOE reivindica como verdadero hacedor del primer gobierno autonómico y del pulso al Gobierno de España que permitió no aguar el proceso andaluz, sonó un aplauso tímido, no secundado por toda la Cámara, pero que arrancaron molestos diputados del PSOE.

El próximo 4 de diciembre, la Junta celebrará por primera vez de forma oficial el Día de la Bandera Andaluza. Es una efeméride de estreno, que nunca el PSOE ha reivindicado y que quedaba reducida a los partidos más a la izquierda con el verdadero día de la autonomía, en lugar de la efeméride oficial del 28 de febrero. Ese día, un millón y medio de andaluces se lanzaron a la calle en defensa de una autonomía de primera para Andalucía, en pie de igualdad con las llamadas comunidades histórica.

El Gobierno de Moreno, que enarbola con orgullo la bandera del andalucismo, ha hecho día oficial de esa fecha y el Parlamento andaluz aprobó la pasada semana por vez primera, a iniciativa de Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) pedir el reconocimiento de García Caparros como víctima de la ley de Memoria Democrática y exigir al Gobierno la desclasificación de todos los archivos sobre su asesinato, que permanecen aún bajo secreto pese a que IU ya peleó en el Congreso por acceder a los documentos.

García Caparros fue un joven de Málaga que murió de un disparo, sin autor oficial 45 años más tarde, ese 4 de diciembre en la gran manifestación por la autonomía andaluza en la capital malagueña. Este lunes, Moreno recibió a sus hermanas en San Telmo, sede del Gobierno andaluz, con la promesa de que el joven asesinado ocupará “un lugar destacado” en la memoria andaluza y se hara “justicia” con la figura de este sindicalista de CCOO que perdió la vida con una bala ‘perdida’ y disparada por la Policía, sin más detalles, de momento, bajo el amparo de la ley de secretos oficiales del Estado.