El ibis eremita, una ave de plumas oscura y cabeza calva y roja, desapareció de Europa hace siglos. A día de hoy, solo queda una población salvaje y autosuficiente en Marruecos y en Siria. Pero gracias al proyecto Eremita, se han intentado poblar algunos puntos de la geografía andaluza, en la provincia de Cádiz. Lo mismo se está tratando de conseguir en la Toscana. Estas inestables colonias necesitan refuerzos con la suelta de polluelos criados en cautividad.
Un programa europeo 'LIFE', centrado en la recuperación de esta especie, promueve la reproducción de estos pájaros en zoos austriacos y se están estableciendo poblaciones reintroducidas en Alemania. La idea de los profesionales es conectar las poblaciones norteñas con las andaluzas e italianas. Y para conseguirlo, estos ejemplares nacidos en el zoo de Viena viajan desde Alemania hasta Andalucía guiados por un ultraligero. Primero, fueron entrenados para aprender a seguir al aparato volador. Luego, emprendieron esta curiosa migración en la que el ultraligero sustituye al instinto animal y actúa como una especie de google maps eremita.
Esta semana, los ibis sobrevolaban Cataluña. De hecho, han ido haciendo paradas en los aeródromos de Ordis, Palafolls o Bellvei. Este jueves, algunos de los ejemplares, asustados seguramente por una ave rapaz, según explican a EL PERIÓDICO miembros del grupo ecologista GEPEC (Grup d'Estudi i Protecció dels Ecosistemes Catalans), se han apartado del grupo y han sido hallados en el pantano de Siurana (Priorat). En estos momentos, ya vuelven a estar con el resto de la bandada. Las dos especialistas que los acompañan, los únicos humanos que estos ibis han conocido, estan pendientes de la meteorología para decidir cuándo retomar el viaje hacia la zona cercana al delta del Ebro.
Si todo va bien, este grupo de ibis eremitas se unirá a la colonia existente en Jerez de la Frontera. Este será un paso más para ampliar el conjunto de la población europea. Consolidar la migración desde los Alpes hasta el sur de Europa es un logro que todavía queda algo lejos. En el programa están implicados hasta 10 países, incluida Suiza, que no forma parte de la Unión Europea.
La idea de las cuidadoras es dejar el máximo de libertad y tranquilidad a los animales. Saben cómo capturarlos y recuperarlos cuando se pierden y deambulan por una zona lejana a la parada hecha durante el proceso, pero intentan no recurrir a estas soluciones. Las noches las pasan en una jaula por seguridad, ya que unas furgonetas acompañan por tierra esta migración con toda la infraestructura necesaria.