Los meses de verano, que son claves para la venta en el sector de los marisqueros de la provincia malagueña, vuelven a ser negros para los pescadores. La aparición de la toxina denominada PSP, paralizante de los moluscos y que genera el fenómeno de la marea roja, ha obligado al cierre provisional de estos caladeros.

Las analíticas realizadas en distintos puntos han detectado la aparición de esta sustancia en especies marinas de los moluscos bivalvos, como es el caso de las chirlas, las conchas finas y las coquinas.

La delegada provincial de Agricultura y Pesca, Mónica Bermúdez, señaló que se decretó el cierre desde el pasado viernes y que afecta a tres de las nueve zonas en las que se divide el caladero malagueño (Fuengirola, Torremolinos y Rincón de la Victoria), sumándose ayer la zona de Nerja-Torrox.

Bermúdez señaló que estas medidas se llevan a cabo «por motivos de salud pública y es el procedimiento que se lleva a cabo cuando se detecta esta toxina. Somos conscientes de que afecta en unos meses muy importantes, así como del malestar de los pescadores», señaló la delegada provincial.

Ante las peticiones del sector de la concesión de ayudas compensatorias, Bermúdez informó de que los trámites se inician cuando las embarcaciones están un tiempo mínimo de 21 días sin faenar, «y los resultados que tenemos son de hace cinco días».

Desde la Cofradía de Pescadores de Caleta de Vélez (Vélez Málaga) no han visto bien estas medidas tras finalizar el paro biológico anual y tener que pescar dos veces por semana las conchas finas en determinadas zonas del caladero para evitar la sobreexplotación de los moluscos. Por eso, exigen que se decrete el cierre de todo el caladero bajo la consideración de marea roja para poder recibir las ayudas compensatorias, a lo que Bermúdez señaló que es «inviable», al no poder decretar el cierre total «si no se dan las condiciones para ello».

José Luis Guerrero, que ostenta actualmente el cargo de patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Caleta, mantuvo ayer conversaciones con la delegada de Agricultura y Pesca así como con el jefe de Servicios de Pesca, Leandro Jiménez, para trasladarles los problemas que atraviesa el sector.

En Caleta de Vélez, uno de los puertos pesqueros más importantes de la provincia, trabajan 52 embarcaciones para la captura del marisco, es decir, más de 150 personas que viven directamente de este arte de la pesca. Guerrero estima que las pérdidas por barco y día se calculan en torno a los 800 euros.

La noticia cayó anteayer como un jarro de agua fría para los marisqueros, los cuales se centran principalmente ahora en la captura del pulpo. «Ni las coquinas ni las conchas finas se pueden coger»; ese era el comentario que más se escuchaba en la zona pesquera de Caleta de Vélez entre los que viven de la mar.

Hasta el día de ayer, los pescadores podían capturar determinadas especies marinas en el caladero torroxeño, pero recibieron ayer la comunicación oficial de que en éste ya no podían capturarse ni la conchas finas ni las coquinas.

«Le hemos trasladado la situación por la que atraviesa el sector pesquero, ya que los días que no podamos trabajar van a suponer importantes pérdidas económicas», apuntó Guerrero, después de que se les agotaran las ayudas europeas para financiar los paros biológicos así como la reducción en las ventas tras la prohibición de vender el pescado conservado en aguanieve a finales del pasado año.