Pudo haber acabado en tragedia, pero evitó el impacto frontal por milímetros y en el último instante. Sabrina Alcaraz, residente en la localidad torroxeña de Güi, fue atropellada anteanoche por un vehículo que se dio a la fuga en un tramo de carretera donde unos 300 vecinos han demandado desde hace décadas iluminación pública o, como mínimo, una acera que evite que los peatones tengan que transitar por la calzada.

Sabrina, de 23 años y madre de una niña de apenas 20 meses, resultó herida cuando se dirigía con su marido hacia su domicilio, pasadas las ocho y media. El tránsito por la vía que conecta Güi y El Morche suele ser intenso a esa hora. Él caminaba delante de su esposa y se percató de la llegada del vehículo. «Tuvo que saltar hacia las rocas que limitan la carretera en esta zona. Casi no le dio tiempo a decirme nada». Ella no pudo esquivar el coche. Cayó de espaldas. Y, tras el preceptivo reconocimiento médico, tendrá que guardar reposo durante semanas. Tiene afectado el cuello, su codo derecho y parte de la columna.

«Es un milagro que no me atropellara de frente», señalaba con el miedo en el cuerpo todavía. De inmediato fue atendida sobre la calzada por su marido y dieron a conocer el siniestro tanto a la Policía Local como a la Guardia Civil. A última hora de ayer se pudo identificar al conductor y, a petición de la propia afectada, se va a intentar buscar una solución amistosa al incidente. «Nos han dicho que si lo denunciamos podrían detenerlo y no queremos que eso ocurra. Esta carretera está a oscuras en este tramo y parece que el conductor dice que tuvo un despiste y ni siquiera se dio cuenta de que me había atropellado», explica.

Una reivindicación histórica. La Asociación de Vecinos de Güi informó ayer de que lleva constituida desde 1998 con más de 200 socios que representan a «la mayoría de residentes en la zona»; y que desde que existe no han dejado de pedir iluminación para la carretera de acceso a su núcleo, limítrofe con Vélez Málaga y muy próximo a la localidad de El Morche. Han perdido la cuenta de los escritos que entre 1999 y 2011 han presentado ante el Ayuntamiento «para evitar que la falta de luz genere este tipo de accidentes».