No es fácil encontrar al frente de los grandes establecimientos turísticos de la Costa del Sol a personas como el nerjeño Miguel Ángel Béjar Cereto. En primer lugar porque ha podido crecer profesionalmente en su propio municipio, pero también por la enorme cercanía a quienes integran la plantilla del hotel Riu Ferrara, un cuatro estrellas que se erige con 234 habitaciones en el buque insignia de los alojamientos de Nerja. Nadie como este director de 43 años para saber más de las necesidades de su «pueblo» en materia turística.

¿Cómo fueron sus inicios laborales al servicio del turista?

Empecé en otro establecimiento de aquí de Nerja, hace 25 años, el hotel Marinas de Nerja. Y pasé después, pocos años más tarde, al mismo hotel donde actualmente ejerzo como director. Comencé de jefe de recepción, luego pasé a ser subdirector y en el año 2002 se me nombró como nuevo director. Pero no lo he sido de forma continua hasta hoy. En 2008 me fui a Torremolinos y, tras un periodo de unos tres años, he vuelto hace unos meses.

Casi dos décadas de trabajo en un mismo hotel y haber empezado desde la base seguro que reportan más aspectos positivos que negativos.

Una de las claves favorables es la parte de autoformación que lleva implícita esta circunstancia. Y también que, siendo de aquí, puedes brindar al cliente un enorme conocimiento de la zona. Pero se llega también a adquirir un importante conocimiento de quienes se convierten en clientes fijos y en el resto. En mi caso he visto, en esos tres años, que he pasado en la otra parte de la Costa del Sol, cómo había clientes que se venían conmigo a mi nuevo hotel. Y por otra parte también creo que es positivo, sobre todo, el conocimiento de la plantilla a la hora de dirigir. En general domina lo bueno sobre lo malo.

¿Es un privilegio poder trabajar dentro del sector turístico en un destino tan inconfundible o especial como Nerja?

Lo es. Nerja es un municipio turístico, y así está declarado oficialmente, pero no está todavía tan desarrollado. Tenemos muchas áreas que permanecen vírgenes y nos queda mucho por hacer. Eso es muy significativo. Sin embargo te vas a la otra Costa, la occidental, y de imaginación, nada. Allí ya nos queda poquito por hacer.

¿Cree entonces que el turista viene precisamente por esos aspectos que usted recalca?

Existe una prueba evidente. En Nerja no tenemos los mejores establecimientos de la costa malagueña. Hay otras zonas de la provincia con mejores instalaciones hoteleras. Pero los turistas vienen hasta Nerja buscando el encanto de un típico pueblo andaluz. Todavía quieren conocer lugares de arquitectura urbana que recuerden lo que fue este territorio antes de que llegasen nuestros primeros visitantes.

Un alojamiento como el suyo, no obstante, sí que puede competir con los mejores de la Costa del Sol, con esa peculiaridad del marco urbano en el que está.

Para el municipio tiene que ser una satisfacción tener aquí desde hace tantos años a la cadena Riu. Hemos dinamizado mucho toda esta zona. A nivel internacional nos conocen en todas partes, porque salimos publicados en todos los folletos y eso tira bastante del sector turístico nerjeño.

¿Y qué falta a su pueblo, ese puerto deportivo soñado?

Muchas más cosas. Un puerto deportivo, pero también una zona de ocio, cultural, que sea importante para quienes residimos aquí o aquellos que vengan de fuera. Y un paseo marítimo en condiciones. Hay mucho aún por hacer.

También le preocupará el largo periodo de espera que acumula el proyecto para completar el saneamiento integral.

Todo lo que a nosotros nos preocupa es al final el bienestar de los clientes. Y necesitamos la depuradora porque su bienestar depende en gran medida de la limpieza de las playas y de la calidad de las aguas en nuestro litoral. Al igual que hace falta dotar a nuestra localidad de más zonas verdes. Nerja en el último cuarto de siglo ha mejorado inmuebles, ha creado nuevas áreas urbanas, pero hemos crecido en viviendas y no en servicios. Ahora todas las expectativas están concentradas en El Playazo, que está por desarrollar. Y los nerjeños queremos que esa zona sea lo que nos falta. Que con nuevas posibilidades nos permita romper con la estacionalidad y ser destino para todo el año.